En un escrito, exigen a Iris Ulloa Godínez, la no autorización de licencia, sanción y clausura del antro denominado La Gula
Por Mauricio Lira Camacho
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Representantes de Fluvial Vallarta, exigen sanción y clausura del antro La Gula.
Quienes firman como Asociación de Colonos de Fluvial Vallarta Residencial A.C., solicitan por escrito a la titular de padrón y licencias, Iris Ulloa, que no autoricen licencia y procedan con la sanción y clausura de este lugar, que se localiza sobre avenida Grandes Lagos.
Es el oficio número 32/2013-A con fecha 30 de abril, y entregado a los regidores el pasado día 2 de mayo del presente año.
Refieren que por este conducto, los colonos del fraccionamiento Fluvial Vallarta, se dirigen con el objeto de manifestar su enérgica inconformidad respecto de las operaciones del antro La Gula, ubicado en el número 275 de la avenida Grandes Lagos, en ese fraccionamiento cuyos equipos de audio y shows en vivo, habilitados en decibeles extremos y hasta altas horas de la madrugada atentan contra la tranquilidad y el descanso de los colonos que habitan en el perímetro aledaño de la etapa número 7.
Aseguran en este escrito, que en repetidas ocasiones han conducido su queja al área de reglamentos, cuyos inspectores pasan en efecto a medir los respectivos niveles de audio y a advertir a los encargados del establecimiento acerca del problema que se origina.
Sin embargo, los vecinos aseguran una vez que los inspectores se retiran del lugar, el ruido en extremo vuelve a invadir la zona.
Además de la venta de bebidas para llevar, lo que hacen de manera oculta pues aún cuando no lo anuncian es una de sus operaciones.
De igual forma toman parte de sus cajones de estacionamiento para colocar ahí los grupos de música en vivo al aire libre lo que provoca que no se pueda controlar su sonido, y siguen ocurriendo las mismas incidencias que se señalan en anteriores ocasiones y diversos escritos ya entregados con antelación ante la oficialía mayor de padrón y licencias, que representa Iris Ulloa.
Explican, no obstante las diversas ocasiones en qu ese ha buscado conciliar la situación y establecer compromisos para regular su establecimiento y provocar la tranquilidad con los vecinos, no ha sido ya interés de los propietarios y/o arrendatarios encargados del lugar de limitarse a lo que normas urbanas y de buena convivencia señalan.
Sin dejar – aducen -, de lado la anuencia para el tipo de giro que tiene y como opera hasta en un momento no se ha otorgado por parte de los vecinos, ni a través de la Asociación de Colonos, ni a través de la junta vecinal del fraccionamiento.
El proceder de este establecimiento, incrementado desde la semana santa y de pascua, se viene repitiendo e incrementado los fines de semana, viola flagrantemente los artículos 155 y 156 del reglamento para la protección del ambiente contra la contaminación originada por la emisión de ruido, que forma parte de la ley general del equilibrio ecológico y la protección al ambiente, concluyen los quejosos.