De acuerdo al estado de embriaguez que presenten los infractores es la multa que se les aplica en el operativo alcoholímetro que ya aplican de nueva cuenta en Puerto Vallarta
Por Mauricio Lira Camacho
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Según el estado de embriaguez, es el desembolso y pago de la sanción, la cual oscila entre los 5 y los 10 mil pesos.
Paquete que incluye de entrada 4 mil 500 pesos de multa por manejar en estado de ebriedad, más otro recurso económico por arrastre del vehículo, y posterior salida de éste del corralón.
El rango que establecieron los agentes del tránsito en los operativos de este pasado fin de semana fue de 0.25 a 0.45 grados de alcohol, siendo tolerancia hasta 0.60.
Pasando esta medición, el automovilista habiendo ingresado por el filtro de los agentes, una vez hecho la prueba con pipeta y boquilla, se determina su formal detención.
Al conductor se le detiene el vehículo, se le transfiere con un chofer de determinada línea de grúa para el traslado al corralón correspondiente.
En tanto, la persona infractora debe pagar el folio correspondiente en efectivo, sino cuenta con el dinero y tiene la opción de hacerlo mediante tarjeta de débito, es acompañado por un agente de la policía al cajero para retiro de dinero.
Cabe destacar que esta suma de dinero como rango mínimo para el infractor es de 5 mil pesos y la máxima es de 10 mil pesos, baja considerablemente si el causante paga de inmediato.
Aunque hubo casos al menos de un abogado, quien no quiso le aplicaran la medida del alcoholímetro, siendo que su estado de embriaguez era considerable.
Los operativos de alcohol comenzaron este pasado fin de semana, luego de 4 meses de gobierno de Movimiento Ciudadano con Ramón Guerrero.
La primera sede del programa arrancó este viernes en punto de las 23:15 horas a un costado de la plaza de El Pitillal.
Antes de la media noche ya había detenidos que eran revisados en una primera instancia desde que los agentes los identificaban a la altura del puente vehicular del paseo del parque lineal del río Pitillal.
Jóvenes quienes juraban solamente habían tomado un par de cervezas, cayeron detenidos, luego que el comandante Villalvazo les demostraba con las boquillas que tenían 0.60 grados de alcohol.
“No me diga que solamente se había tomado dos cervezas, queda usted detenido”, era la frase de las últimas horas del viernes y primeras del sábado en el Pitillal.
A otros conductores el comandante hacía que se pararan cerrando los ojos y extendiendo los brazos, que se tocaran los oídos y luego en una sola pierna.
“Es que no tomé mucho nada más dos cervezas”, era lo primero que le decían al comandante los infractores.
“Entonces no tenga miedo si fueron dos cervezas, sóplele duro, como si fuera su novia, o que ¿ya no sopla?”, era la respuesta inmediata del agente de tránsito.
“Es que soy mesero y trabajo en Punto V, le manda saludar Chocho y si quiere cuando guste”, le dijo uno de los detenidos a Villalvazo.
“Seremos muy cuates pero aquí no, cuando se trata de prevenir que haya accidentes derivados de que las personas manejen cuando toman alcohol, además yo no le pregunté donde trabaja”, respondía quien aplicó el examen.
“Solamente me tomé una cerveza vengo de una fiesta y ya voy para mi casa”, decían otros.
“¿solamente una cerveza?, estuvo aburrida la fiesta no le creo”, al tiempo que demostraba el grado de alcohol era mayor de 0.60 grados, “¿ya ve?, ¿por qué me dice mentiras?”, agregaba.
“¿Cuántas cervezas se tomó?”, preguntaba Villalvazo.
“Tomé whiskie”, le respondían.
“Ah hasta fino el hombre, vamos a ver si es cierto, está usted detenido”, le decía el agente una vez hecho la prueba.