El caso fue atendido en la procuraduría social del Estado, afortunadamente el abuelo de las menores logró la custodia
Por Mauricio Lira Camacho
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Madre casada con un drogadicto obligaba a robar a sus pequeñas de 8 y 6 años de edad en el Pitillal.
Afortunadamente este caso, tuvo un final feliz, pues luego de un tiempo considerable, mediante juicios legales, se logró que el abuelo de las pequeñas estuvieran en un albergue del sistema para el desarrollo integral de la familia, y posteriormente lograra la custodia.
Es uno de tantos casos que se dan a conocer en lo interno en la procuraduría social de gobierno del estado.
No todos tienen un feliz final, pero afortunadamente son experiencias que permiten ayudar a la gente que sufre.
Son las palabras de Cecilia Vargas, agente social de la procuraduría, quien dijo con satisfacción este caso en lo particular fue difícil en su momento y que, tras largos meses se logró el cometido.
Dijo en entrevista que este caso se presentó hace tiempo en las oficinas de la UNIRSE cuando un hombre acudió a denunciar a su hija de quien dijo era alcohólica y le gustaban los enervantes.
Todo ello, debido a que se había juntado con un masculino que no trabajaba y se enviciaba todo el día.
Esta mujer – de quien se omite su nombre al igual que el de las pequeñas-, cayó en el vicio de las bebidas embriagantes y las drogas.
Su pareja se dedicaba también a robar.
Para salir de sus problemas principalmente de índole económico ambos, bajo los influjos de las drogas mandaban a sus pequeñas a robar.
Son niñas que en ese momento tenían 6 y 8 años de edad.
No iban a la escuela, no comían, no las bañaban, no salían, en pocas palabras nunca tenían oportunidad de jugar.
El abuelo se dio cuenta de esa situación y acudió – relata la entrevistada-, a la procuraduría social a denunciar los hechos, sin importar que se tratara de su propia hija.
En esos casos, la lógica indica que siendo pariente o no se enterara o protegería a su hija, pero no fue así.
En ese momento hubo coordinación con autoridades del sistema para el desarrollo integral de la familia, DIF, y recoger los testimonios de vecinos quienes cooperaron en todo momento.
Finalmente, pudieron rescatar a las pequeñas y ponerlas a disposición de un albergue para que recibieran orientación y ayuda psicológica.
En tanto, se hacían los trámites correspondientes, pues el abuelo de las niñas había manifestado que estarían mejor con él.
Así las cosas personal de la procuraduría social, fue testigo de cuando el abuelo logra la custodia de sus nietas y se las llevó a vivir con él.
Mientras que por otro lado, continuaba la denuncia penal en contra de la madre y su pareja por haber incitado en más de una ocasión que las propias niñas robaran de manera obligada, manifestó la agente social de dicha dependencia, Cecilia Vargas.