DRSE Toma Cartas en el Asunto con Maestra que Maltrata Alumnos

Este jueves se confirmó que tras la queja de una madre de familia contra maestra de la escuela 21 de Marzo, existe el compromiso de tomar cartas en el asunto

Por Mauricio Lira Camacho
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A pesar de que no se encontraban en sus oficinas los cabecillas de la Dirección Regional de Servicio Educativos de la Zona Costa Norte de Jalisco, DRSE, se confirmó que habrá atención al caso de la denuncia que fue presentada por una madre de familia en contra de una maestra de la escuela 21 de Marzo de la colonia Coapinole, por aparente abuso en contra de alumnos del 1D, salón en el que estudia también el hijo de la mentora.

De acuerdo con la madre de familia, dijo que es importante que los tutores denuncien cuando sientan que sus hijos son maltratados por maestros, no solamente con los demás compañeros en el problema social conocido como “bullying”, pues todo mundo se enfoca en esa gravedad.

Cuando en la realidad existen abusos de quienes se suponen están al cuidado en la formación educativa para los pequeños.

Ella decidió presentar la denuncia ante la DRSE para que haya careos y se llegue hasta las últimas consecuencias, debido al comportamiento de esta maestra con los alumnos, no hay golpes, aclaró, pero si gritos, malas palabras e insultos, hasta jaloneos contra niños de tan solo 6 años de edad.

A esa etapa los niños resienten el miedo, el terror y el no querer ir a la escuela, “fue lo que pasó con mi hija de 6 años de edad que recibió el maltrato de esta maestra por eso decidí sacarla de ese plantel, para que esté feliz y segura”.

Cabe destacar que el trato abusivo de niños en edad escolar, frecuentemente mal entendido como disciplina, castigos o consecuencias, es incorrecto y peligroso.

Los educadores responsables e informados saben desde hace mucho tiempo que el maltrato, tanto físico como emocional, inferido a los niños por parte de sus maestros es una conducta antiprofesional que puede destruir el entusiasmo de los niños por aprender y preparar el escenario para problemas emocionales y de conducta.

Por esta razón en ninguna universidad o instituto, ningún programa educativo entrene maestros para aterrorizar, pegar, gritar, humillar o de alguna otra manera herir a niños.

La gran mayoría de los maestros son profesionales dedicados que no maltratan niños ni física, ni psicológicamente y la mayoría de los administradores de escuelas exigen estándares altos de conducta a los maestros dentro de sus planteles escolares.

Sin embargo, tristemente existen en algunas escuelas maestros incompetentes para su profesión que habitualmente lastiman a los niños, así como existen también algunos administradores escolares a quienes les falta la voluntad o la habilidad para mantener los estándares de profesionales en sus escuelas.

Algunos administradores, ellos mismos, son abusivos hacia los niños y por lo tanto son incapaces de fijar y exigir buenos estándares a los maestros.

La variedad de actividades abusivas perpetradas a niños en edad escolar son:

Pegar con regla

Nalgadas

Bofetadas

Esposar

Agarrar al niño bruscamente

Estremecer bruscamente ( jamaquear )

Arrastrar

Pellizcar

Jalar al niño por las orejas

Empujar los dedos en la cara o en las costillas del niño

Aplastar o apretarle las mejillas del niño

Levantar a un niño por su ropa o por su cuello

Estrellar a un niño contra la pared

Tirarle objetos al niño (borradores, tizas, sillas…etc.)

Golpear el pupitre del niño con objetos como libros o reglas para llamar su atención.

Encerrar al niño en una caja, o armario.

Forzar sustancias nocivas dentro de la boca del niño.

Forzar al niño a permanecer sentado, parado, o sin moverse por largos periodos de tiempo.

Negar al niño permiso para in al baño.

Permitir a otros niños que atormenten a un niño.

Hacerse de la vista gorda ante los tratos crueles o acoso.

Delegar a un estudiante determinado, algunas veces llamado “capitán” o “prefecto” para que físicamente castigue a otros estudiantes.

Inducir a un niño a la violencia

Tapar la boca de un niño con cinta adhesiva o cualquier tipo de mordaza, para que no hable.

Amarrar un niño a su pupitre o escritorio.

Forzar al niño a hacer push-ups (lagartijas) o a correr vueltas como castigo.

Negar tiempo libre suficiente para su almuerzo.

Gritar o amenazar al niño o a todo el grupo de niños.

Utilizar el miedo al castigo como método para motivar al niño a estudiar más o a dominar ciertas habilidades.

Insultar al niño por razón de su conducción en el grupo, calidad de su trabajo, apariencia o elección de amistades…etc.

Confiscar o dañar propiedad privada del niño

Etiquetar al niño o difundir chismes maliciosos sobre el niño o su familia .

Proclamar ante todo el salón que un niño en particular es “un bueno para nada” “un perdedor” y que será un futuro delincuente o fracaso.

Establecer estándares irreales de actuación a fin de garantizar el fracaso del niño.

Deliberadamente ignorar a un niño que necesita ayuda.

Negarse a reconocer o a premiar los avances logrados por el niño

Usar sarcasmos o hablar en sentido descalificativo cuando se dirige o refiere a un niño.

Regañar y cantaletear a un niño determinado hasta provocar que explote y luego castigar al niño por falta de control.

Castigar a todo el grupo por la falta de conducta de un solo individuo.

Castigar a un individuo como “ejemplo” para el resto del grupo.

Causar a un niño humillación frente al resto de sus compañeros.

Cuestionar la masculinidad de un niño por razón de su desarrollo físico lento, falta de interés o habilidad en deportes, o por negarse a pelear con otros niños.

Poner en duda la moralidad de una niña por su desarrollo físico temprano.

Impugnar la femineidad de una niña por destacar en actividades tradicionalmente reconocidas como masculinas.

Inducir al niño(s) a conversaciones y/o actos inapropiadamente íntimas o sexuales o sugestivas.

Conspirar para que el niño sea utilizado como chivo expiatorio

Hacer que el niño sea el blanco del humor del maestro.

Confrontar un niño contra otro niño o un grupo de niños contra otro grupo niños.

Hacer que un niño espíe y acuse a otro niño.

Aislar a un niño de su grupo.

Referirse de modo degradante a la condición social de un niño determinado e influenciar, inducir o animar al grupo para que lo rechacen.

Referirse de un modo degradante a la comunicación y confianza existente entre el niño y sus padres.

Tratar como un problema de disciplina, actividades que son resultantes de la discapacidad de un niño.

Culpar a la situación familiar del niño por problemas emocionales causados por la escuela.

Convencer a los familiares a administrar drogas o medicamentos que alteren la personalidad del niño a fin de que el niño esté más tranquilo y manejable en la escuela

Tomar venganza en contra del niño por disputas con los padres.

Crear a propósito un “expediente criminal” de un niño para alterar la credibilidad del niño para o para utilizarlo en caso de que sea necesario “ir por su cabeza” o en caso en que sea necesario “negociar un trato”.

Ejercer medidas de coerción para que un niño de falsos testimonios sobre otros niños o guarde silencio sobre eventos de los cuales ha sido testigo.

Ejercer coerción para que un niño haga una confesión escrita

Prohibir a un niño que está en mal estado anímico que llame a su casa.

Prohibir a un niño que se siente físicamente enfermo que llame a casa.