En Puerto Vallarta, no hay problema por señalamientos, sino del respeto de las personas “normales”, para con los discapacitados
Por Mauricio Lira Camacho
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Aquí no hay problemas por señalamientos, lo grave es la falta de respeto de quienes se consideran “normales”, hacia las personas discapacitadas.
Alonso Amaral director de consejo municipal de la discapacidad, aseguró que en Puerto Vallarta están dadas las condiciones para que los minusválidos tengan mejores condiciones de movilidad, pero las personas “normales” no respetan.
Lo anterior dijo en recorrido para supervisar obras y rampas en zonas del edificio de la presidencia municipal en el centro.
Este recorrido sirvió para hacer un diagnóstico en cuanto a accesos para gente con discapacidad.
Mucho se ha hablado de que México no tiene cultura para discapacitado, pero es una idea equivocada pues hoy en día, ha habido avances en esta materia.
Hasta el 2010, dijo, que se realizó el censo aquí dando como resultado que hay un total de 9 mil 966 discapacitados.
Tiene el 3.2 de la población, “yo creo que con esto, no se debe hacer oído sordo a la discapacidad”.
Hay señalamientos pero se carece de respeto hacia este sector, “estoy trabajando en lo que es el tarjetón de la discapacidad, uno de los primeros pasos es estar en la misma sintonía con tránsito municipal, para que nos reconozcan y seamos respetados”, comentó.
Cabe destacar, dijo, que la discapacidad es aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, y en igualdad de condiciones con las demás.]
La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada por la ONU en 2006, define de manera genérica a quien padece de una o más discapacidades como persona con discapacidad. En ciertos ámbitos, términos technology to support children with disabilities como «discapacitados», «ciegos», «sordos», aún siendo correctamente empleados, pueden ser considerados despectivos o peyorativos, ya que para algunas personas dichos términos «etiquetan» a quien padece la discapacidad, lo cual interpretan como una forma de discriminación.
En esos casos, para evitar conflictos de tipo semántico, es preferible usar las formas personas con discapacidad, personas invidentes, personas con sordera, personas con movilidad reducida y otros por el estilo, pero siempre anteponiendo «personas» como un prefijo, a fin de hacer énfasis en sus derechos humanos y su derecho a ser tratados como a cualquier otra persona.