Una vez más, el panorama de madrugada, la esposa, los hijos a la espera del padre ebrio
Por Mauricio Lira Camacho
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El triste panorama de cada fin de semana en operativo anti alcohol, de madrugada, la madre con sus hijos, a la espera del padre ebrio.
En esta ocasión, una señora mayor de 30 años de edad, cargando a su hija y al lado tres varones, ninguno mayor a los 12 años de edad, en la ante sala por horas, para conocer la situación del padre, el esposo quien no entiende no debe tomar alcohol, mientras maneja, es un delito tipificado por la ley de movilidad en Jalisco, la cual fue propuesta por diputados.
Los pequeños tranquilos, sabían que el papá debía pagar 4 mil 600 pesos de multa y el coche era retenido para ser llevado al corralón.
Quizá ese dinero de ahorro por varias semanas, serviría para los gastos de la cena de noche buena y regalos de navidad.
Por lo pronto, estaban siendo destinados para pagar la multa del padre, por haber salido positivo en el examen de alcoholemia.
La madre esposa, paciente estuvo siempre tranquila, sabía que todo iba a salir bien, aun con el pago de la multa.
Lo que pesaba era la inconveniencia de que traía a su hija y 3 más al lado, cansados de sueño, pero aguantadores.
El panorama que cada día es más frecuente en estos operativos de alcohol.
Hay pérdidas monetarias para las familias, quienes tienen ahorros para sacar adelante los gastos del hogar y que en un segundo se esfuman, para pagar multas
Como un ejemplo de lo que ocurre en otras partes del país, con estos mismos operativos, sólo al Distrito Federal los accidentes de tránsito le cuestan entre mil y mil 500 millones de pesos anuales en servicios de salud. A nivel nacional tienen un costo global de 126 mil millones de pesos.
Se añade que de 2007 a la fecha se han invertido alrededor de 80 millones de pesos para la adquisición de 350 equipos del programa de alcoholimetría para las 32 entidades federativas.
Y que, en 230 municipios del país se concentra más de 80% de los fallecimientos viales, en 130 de ellos ocurren más de 65% de los muertos y de esos 130, sólo 60 tienen programa de alcoholimetría.