El próximo 10 de mayo, día de las madres, los manifestantes de la plaza de armas y el kiosco, cumplirán 3 meses de plantón, este lugar se ha convertido en su segundo hogar.
Por Mauricio Lira Camacho
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El 10 de mayo, día de las madres, los manifestantes quienes tienen tomado el kiosco y parte de la plaza de armas, cumplirán 3 meses de plantón, esta zona se ha convertido para las familias en su segundo hogar
Guadalupe Saucedo Andrade Esposa de Enrique Gutiérrez Barragán, con dos hijos grandes de 17 y 20 años de edad, refiere que es una ardua lucha mantener esta protesta y plantón en el kiosco en plaza de armas, movimiento que iniciaron el pasado 10 de febrero de este año, como una muestra de repudio ante lo que consideran un despido injustificado en sus fuentes de trabajo.
“Mis hijos me dan apoyo, me lo dicen y reconocen la lucha que tenemos ya que ante todo, dicen, está la defensa de los ideales de lo que uno cree y aquí estamos”.
Entrevistada por este medio en su búnker, considerada su segunda casa a casi de cumplirse tres meses de haber iniciado esta gesta de protesta, dijo que la lucha ha sido difícil y espera haya buenos dividendos.
“Mis hijos reiteran apoyo y me admiran porque estamos al pié del cañón, es difícil para la familia pero no queda de otra”.
Son un grupo de 4 familias las que conforman este extenso movimiento de protesta que mantienen desde febrero en la plaza de armas, “aquí conviven los niños hijos de otros trabajadores, en punto de las 7 de la mañana de lunes a viernes de aquí los pequeños se van a la escuela, aunque a veces escuchamos decir a los niños que quisieran estar en sus casas”.
“Somos pocos manifestantes, a lo mucho 4 familias, en mi caso si voy a mi casa a bañarme pero me regreso de inmediato, esto porque tenemos miedo a que puedan levantar este movimiento en el momento que no estemos, a veces añoramos estar en casa pero cuando estamos allá ya extrañamos estar en la plaza de armas, aquí me necesitan más”, así opina Saucedo Andrade.
Aquí juegan los niños, ven televisión, comen, duermen y los fines de semana los llevamos al mar para que se bañen y se distraigan, que no tengan tensión de nada, aunque si a veces añoran su cama, refiere.
En torno a su alimentación diaria, “esta se complica tortilla no hay, hacemos tortas y sándwiches de atún, antes en la huelga de hambre se complicaban las cosas, también íbamos a las casas a preparar, pero ahora desde aquí hacemos alimentos puro básico eso sí, siempre debemos contar con leche para los niños, algunas personas de la zona”, dijo, “nos ayudan, por ese lado no tenemos mucha preocupación”.
En este movimiento ha habido de todo, quienes opinan que es una lucha positiva y de quienes nos critican, “lo más importante es que tenemos confianza de que tendremos solución buenas noticias”.