* El sistema de riego automatizado el cual nunca sirvió y la falta de pinta en edificio del ayuntamiento.
Por Mauricio Lira Camacho
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Algunos proyectos no cuajaron por determinadas razones. Difícilmente podrán ser concluidas con éxito.
Dos son claros ejemplos, uno el sistema de riego automatizado en avenida de ingreso, en la Francisco Medina, el cual nunca sirvió.
Uno de los tantos proyectos que fue presumido en esta administración, el cual quedó a deber. Es un proyecto con inversión de más de 11 millones de pesos, suma que no garantizó avance alguno en el riego del camellón, sin el uso de las tradicionales pipas de agua.
Hoy en día, este sigue siendo el método tradicional para mantener limpio el camellón central. De hecho, además de ser una obra inservible, en algunos tramos se observa descuido y hasta destrozo de material.
Sin que a la fecha haya responsabilidad alguna.
No se han fincado culpas a quien otorgó esta obra en concesión, ni alguna investigación por falta de cumplimiento en la obra. A lo largo de la avenida de ingreso, Francisco Medina, se observa una gran cantidad de material en pésimo estado e inoperable, el cual simple y sencillamente no funciona, algo en lo que la autoridad municipal jamás a emitido explicación alguna para justificar un monto elevado de recursos económicos, que ha resultado un grave desfalco para la comuna.
Otro proyecto que no cuajó, fue llevar a cabo una serie de trabajos de limpieza en el primer cuadro del puerto, que incluía recolección de basura, la cual es pésima.
La otra pinta de fachadas en diversos puntos de, primer cuadro de la ciudad. Destacando una «manita de gato», al edificio de la presidencia municipal de Puerto Vallarta.
Pero algo pasó, pues el trabajo quedó inconcluso el inmueble no fue pintado al cien por ciento.
Hoy en día, hay aspectos del edifico donde se percibe que no terminaron de pintar, como prometieron.