* El baño habilitado originalmente para los turistas que vayan al mirador en calle Corona en el centro, hoy está habilitado como vivienda, lleno de graffiti y suciedad, Oscar Pérez director de turismo municipal incapaz de resolver el problema.
Por Mauricio Lira Camacho
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En el centro, un grupo de malandrines, hicieron del mirador y el faro, su casa desde donde operan y aprovechan para drogarse así como para emborracharse, denuncian vecinos. Quienes también refieren, hay una opacidad de parte de las autoridades de turismo municipal, encabezadas por Oscar Pérez.
Esta denuncia fue expuesta en este medio informativo hace varias semanas, prometiendo la autoridad en turno resolver de inmediato. Pero no ha pasado nada, por el contrario, estas personas han hecho de el mirador su hogar y modus operandi, sin que nadie les diga algo.
La zona está llena de graffiti, huele a suciedad y el baño es prácticamente un cuarto de vivienda para más de una persona. Este proyecto, se suponía que hace dos administraciones, iba a ser otro icono para visitar en el centro de Puerto Vallarta.
Caminar por las vialidades y en la calle Corona, subir hacer ejercicio y desde las alturas dominar el bello espectáculo que se observa desde ahí. Tomar fotografías, vídeos y compartir para difundir en redes sociales el paisaje que se observa desde esta zona de toda la bahía.
El proyecto original incluía un parador, y zona de refresco para los visitantes, baños y ser el eslabón para conectar a otras calles en el centro. Uno de los objetivos era reactivar el centro, para que los visitantes nacionales e internacionales, no se quedaran únicamente en el área del malecón peatonal.
Lamentablemente no se ha llevado a cabo un seguimiento puntual del cuidado que debe tener el primer cuadro del puerto, para atraer a los turistas. La indiferencia de autoridades para resolver estos temas, ha provocado por el contrario, que haya menos visitantes a esta zona.
Como lo refiere un vecino en calle Corona, nadie va a querer subir al mirador sabiendo que en el baño hay malandrines que ahí viven, se emborrachan y hasta drogan, todo lleno de graffiti y oliendo a suciedad.