- Como cada período vacacional de semana santa en Puerto Vallarta, existe un exceso de alcohol, playas y ciudad
Por Mauricio Lira Camacho
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Exceso de alcohol.
Como cada período vacacional de semana santa en Puerto Vallarta, existe un exceso de alcohol, tanto en playas como en la ciudad.
Es el gancho para atraer al mercado nacional, que año con año abarrota este destino, jueves, viernes, sábado y domingo santo.
Por años, dirigentes y representantes de la iniciativa privada y sector de hoteles y restaurantes han afirmado que esta temporada no es de alto nivel y el destino se abarata, como Acapulco.
Principalmente, por la llegada de turistas procedentes varios estados del país, pero que no se hospedan en hoteles y no consumen.
Normalmente son visitantes con familiares o amistades en esta ciudad y aprovechan su estadía en las casas, la alimentación corre por cuenta de ellos.
O en su defecto, otro gran porcentaje de los visitantes son jóvenes de aventura que de varias ciudades se trasladan a Puerto Vallarta, mediante el sistema de “aventones” o en autos particulares sin lograr hospedarse en algún hotel y pernoctan en playas o donde puedan.
Su efectivo, es el del gasto para lo indispensable únicamente de alimentos y lo demás en bebida embriagante.
La IP se queja que no hay derrama económica como se espera con este tipo de turismo, es el viajero, se ha criticado, que trae lo indispensable para alimentarse, comida casera y compra de lo mínimo en tiendas comerciales.
Es turismo es de escaso poder adquisitivo y es lo que se crítica, pues el riesgo, sustentan empresarios y prestadores de servicios turísticos es que el destino se abarate aún mas y se parezca a un Acapulco.
En estos días santos, desde el miércoles, de mayor traslado por carretera principalmente a Puerto Vallarta, el destino presenta los primeros estragos de saturación vial en sus principales arterias, desde el Río Ameca hasta la carretera a Mismaloya.
La llegada de jóvenes con mochila sobre la espalda y en grupos de hasta 6 en promedio es elocuente, el paseo obligado en primera instancia es sobre el malecón.
La primera noche es ingerir bebidas embriagantes y no parar hasta el domingo siguiente, en toda esta semana el malecón luce lleno por las noches y con un alto consumo de alcohol, vino o cerveza.
En el centro no se permitió el ingreso de personas que llevaran vasos o envases de bebidas alcohólicas, ello con el objetivo de que no hubiera problemas y por la seguridad de los visitantes.
En el día, las playas estuvieron llenas de visitantes nacionales siendo el común denominador la bebida embriagante, en cualesquiera que fuera su presentación.
A lo largo del malecón, desde Boca de Tomates hasta Boca de Mismaloya y de Tomatlán, el paisaje era común.
Sobre la extensión del malecón, está el paraje de la desembocadura del río Cuale, lugar que colinda con el mar, mediante una pequeña laguna que se forma, siendo lugar preferido por los visitantes para pasar el día estos días santos, otro punto donde el atractivo era el consumo de cerveza principalmente.
Para la gente local, acostumbrada a las temporadas altas y bajas de visitantes a Puerto Vallarta, es un período más, pero se coincide que año con año, aumenta drásticamente el consumo de cerveza y bebida embriagante, la de este 2011 no fue la excepción.