Todo un calvario viven 326 alumnos y padres de familia de la Escuela Adolfo López Mateos de la colonia Agua Azul a quienes el sindicato de Filarmónicos negó hoy acceso para tomar clases y regresaron a su plantel el cual sufre riesgos de contingencia
Por Mauricio Lira Camacho
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Calvario para alumnos.
Se encuentran bajo riesgo, son un total de 326 niños quienes en este regreso a clases luego de la temporada vacacional de diciembre, recibieron hoy la negativa de autoridades del sindicato de Filarmónicos para seguir estudiando ahí, lo que provocó movilización urgente a su antiguo plantel ubicado en la colonia Agua Azul.
El detalle es que la escuela se encuentra en riesgo constante de colapso, según dictamen de la unidad de protección civil.
Desde el pasado ciclo escolar, personal de esta dependencia, notificó una sentencia de que la escuela ubicada en la calle Río Balsas número 245 en la colonia Agua Azul, no podría ser ocupada pues su estructura se encuentra en riesgo de derrumbe.
Por lo que se optó en cerrarla hasta en tanto no hubiera reparación inmediata, para que los alumnos no tengan riesgo alguno.
Así fue al final del ciclo escolar del año que recientemente terminó, de manera temporal sin advertir fechas, de inicio y conclusión, tuvieron el apoyo a medias de parte de quienes encabezan el sindicato de filarmónicos, los que dieron asilo a los menores y así pudieran concluir sus estudios.
Pasados 15 días de vacaciones de diciembre con motivo del período navideño y de año nuevo, al parecer a nadie interesó garantizar un feliz retorno a las aulas educativas.
Este martes 7 de enero del 2014, fecha de regreso a clases para millones de pequeños en todo el país, salvo excepciones como en Puerto Vallarta, en especial de este plantel, el retorno fue desangelado y frío, aunado a que hubo un rotundo no a que tomaran la instalación de los músicos.
No hubo explicación de por medio, simplemente se les dijo a padres de familia, ahí no se podía.
Pasadas las 8 de la mañana, hora oficial de ingreso, los padres de familia junto con sus hijos y escasos maestros se trasladaron a la escuela, la cual no puede ser habilitada por los riesgos.
“No hay de otra”, dijeron docentes.
De esta manera, cientos de alumnos, los que quedaron pues muchos fueron cambiados de plantel obligatoriamente por las circunstancias, regresaron a sus antiguos salones, con el riesgo de derrumbes.