Director del plantel, Miguel Ángel Zepeda, denuncia hace falta alumbrado y más vigilancia policíaca
Por Mauricio Lira Camacho
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Saquean escuela 21 de Marzo, no hay detenidos, la policía llegó tarde, falló sistema CARE.
Amantes de lo ajeno, rompieron cadenas, chapas y se llevaron lo que pudieron encontrar, incluso ahorros de caja de los niños, confirma el maestro Miguel Ángel Zepeda.
En entrevista dijo que la escuela es la 21 de Marzo de la colonia Coapinole, fue saqueada por delincuentes, quienes durante la noche de este miércoles, ya habían asaltado una tienda de abarrotes en la colonia Mangal de calles entre Miramar y Corea del Norte.
De ahí, el objetivo del robo fue en la escuela antes citada, localizada en calle Avenida de Coapinole.
Cabe destacar que el también director del plantel, denunció que por el lugar hace falta luminaria, está muy oscuro y alumbran con apoyo de la luz de los vecinos.
Además de que hacen falta rondines nocturnos de los policías, peticiones que en repetidas ocasiones, han hecho, pero el caso es omiso.
El robo fue por la noche madrugada, esta mañana el conserje informó al director que las puertas estaban abiertas y las chapas forzadas y añadió que faltaba equipo y dinero en efectivo.
El reporte a base CARE, se hizo de forma inmediata, pero la policía nunca llegó, sino hasta el otro día.
Entrevistados los policías, dijeron que a ellos el reporte, se los dieron recientemente, transcurrieron más de diez horas y culparon a los de base por no haber avisado de inmediato.
Una vez hecho el daño, ahora se esperan apoyo, por principio de cuentas de la subdirectora de educación, Yolanda Cuevas, y de la regidora de nueva alianza, María de Jesús Galindo Plazola.
Ambas, por separado se comprometieron en proporcionar la gestión ante Raymundo Leonel Villaseñor, encargado de la comisaría de la policía municipal, para reforzar los rondines en planteles educativos.
Y a la dirección de servicios públicos que encabeza, Roberto González, con la finalidad de que sea instalada a la brevedad una luminaria, afuera de la escuela, para que por lo menos los malandrines se la piensen en volver a delinquir bajo el amparo de la noche y madrugada.