Aparece Mujer Indigente en Ingreso al Pitillal

* Ninguna autoridad federal, estatal o municipal, hacen algo para erradicar el aumento grave de personas que se exponen a algún tipo de contingencia.

Por Mauricio Lira Camacho
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El abandono e indigencia de personas en la delegación de El Pitillal, aumenta de manera gravosa día a día, sin que autoridad alguna resuelva problemática. Ahora es la presencia de una señora mayor de edad, que arrastra con dificultad un carrito de supermercado, en donde carga de todo, enseres, ropa y comida.

Ella, vestida con una bata, despeinada y con la mirada al cielo, ronda por la avenida Prisciliano Sánchez, justo frente donde se ubicó el vivero, en la entrada a la delegación de El Pitillal.

En el crucero alterna la mendicidad, tambo en la avenida Sánchez como la Corona. Aprovecha las luces rojas de los semáforos, para acudir a paso lento, con los automovilistas, para que le den algunas monedas.

Casi nadie accede a la petición, lo que lleva a la señora a esta desesperación de ser un poco agresiva con las personas.

Anteriormente se le observaba en el crucero de la avenida de ingreso, Francisco Medina esquina con el ingreso a la plaza Caracol.

Sin embargo, en las últimas semanas se le ha visto en este crucero, el cual representa bastante afluencia vehicular.
En este crucero, también transitan vehículos oficiales de la secretaría de desarrollo social, sedesol, del nivel federal, así como también unidades del sistema para el desarrollo integral de la familia Jalisco y del propio DIF municipal.

Pero en ninguno de los casos, la persona en cuestión ha recibido la ayuda correspondiente. Ella todos los días de lunes a domingo, de 8 de la mañana y hasta que desaparece la luz del sol, pide dinero a los automovilistas. Lo poco que recibe durante todo el día, le permite comer sin que sea resuelto su problema en la totalidad.

Se desconoce donde vive, si cuenta con amistades o familiares que le ayuden, si el DIF le otorga alguna ayuda con despensa, sola arrastra su carrito, descansa en minutos bajo la sombra que le da el techo de un edificio, pero la necesidad puede más y se reincorpora de inmediato a su tarea.