Demasiados Vendedores de Plata Falsa Molestan al Turista

* Se ubican en el malecón II, son demasiados vendedores de la llamada Alpahaca (plata falsa), quienes molestan al turista, cabe destacar que no portan uniforme ni identificaciones…

Por Mauricio Lira Camacho
NOTICIASPV

Turistas nacionales e internacionales se molestan ante tanta insistencia de vendedores de plata falsa que trabajan en el malecón II de Puerto Vallarta.

El reordenamiento de los vendedores de este producto en el malecón parece no resultó, pues el final es el mismo, molestan a los visitantes.

De todas las edades, jovenes en pareja o de la tercera edad, en familia o solitarios buscan la manera de no ser abordados.

Influye mucho que los vendedores de la llamada alpahaca, no levan consigo el uniforme que alguna vez les dieron autoridades municipales y federales de la zona marítima.

Tampoco traen puesta sobre el cuello la identificación que se les otrogó, como vivo ejemplo de que existe un padrón de estos empleados, dando el mensaje que se tiene un estricto control.

El paseante que circula de norte a sur, esto es, del Rosita al malecón II, no siente la prresión de ninguno de estos vendedores.

Estos se ubican estratégicamente una vez que el paseante ha cruzado la fuente de los delfines, justo en las instalaciones donde está el mueso naval.

Sobre las áraeas de descanso, se ubican los primeros vendedores quienes con un pañuelo sobre la mano, escondiendo la mercancía abordan al turista, hasta no soltarlo.

Casi siempre usan gorra y anteojos color negro, el turista cuando los ubica les provoca temor y miedo.

La palabra de enganche «any silver», crea ambiente de escozor al turista, quiene siente le van a vender algo pirata.

Otros se mantienen con su maletín abierto exponiendo toda sus mercancía, otros más persiguen al turista, hasta que este voltea y por enésima vez, responde «no thanks».

Más tarde haya venta o no, los vendedores de alpahaca se reúnen para tomar cerveza y licor, algunos regresan así a trabajar exponiendo su mercancía a los visitantes.

En más de una ocasión, invadir territorio ha provocado peleas entre vendedores, creando así, un espectáculo gratis de más.