Los nombres de los niños son Lluvia (la menor) Antonio (el que le sigue) y Guadalupe (la más grande) su mama María.
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Fuente anónima denuncia maltrato a tres niños de parte de su madre, quien los abandona y cuando regresa presuntamente golpea.
A través de un escrito dirigido a este medio, quienes denuncian temen incluso posibles represalias del padrastro de quien cuentan es alcohólico y drogadicto.
Aseguran que una vez hecho público este relato, los denunciantes aportarán más datos, con el objetivo de que el DIF Municipal tome verdaderas cartas en el asunto, este organismo – aseguran – , es de su conocimiento pero no han hecho nada.
El escrito es el siguiente, “el motivo es solicitar ayuda, consejo u orientación con respecto a 3 niños que son maltratados físicamente y psicológicamente”.
Además, laboralmente, cuyo caso ya fue turnado hace unos meses al DIF Municipal, el cual a la fecha no ha tomado verdaderas cartas en el asunto.
Incluso cuando mi esposo quiso ratificar la denuncia que había hecho otro vecino, le pidieron que si estaba de acuerdo en carearse con los presuntos abusadores, cosa que en la actualidad por demás está decirlo es sumamente riesgoso por las represalias que conllevan una denuncia de esta magnitud.
Además de que al quitarles a los niños, les quitarían su mina de oro.
Sin embargo ayer nos tocó escuchar tremenda golpiza que le pusieron a uno de los niños, solo porque estaba llorando porque su mama se fue y los dejo encerrados.
La madre regresó, lo metió a la casa y comenzó a golpearlo mientras decía palabras altisonantes, así como amenazas de muerte para con el niño, el cual imploraba que parara la golpiza, momentos después la madre salió, apagó la luz dejándolos nuevamente encerrados para irse tranquilamente a celebrar los festejos de fin de año con su pareja (padrastro de los niños).
No consideré prudente llamar a la policía en ese momento, porque sinceramente ya no confiamos en la autoridad la cual delata las llamadas anónimas, así como también por el motivo de que ellos vieron que mi marido estaba afuera y saben que escuchó todo lo que pasó.
Así que inmediatamente relacionarían la denuncia con él, y el padrasto es una persona con vicios y muy agresiva. “Pienso que si el DIF verdaderamente investigara a fondo, se darían cuenta del sufrimiento de estos niños, que siempre negaran el maltrato porque prácticamente viven aterrados, su rutina es levantarse temprano, ponerse a hacer quehaceres domésticos, luego salir a vender, después ir a la escuela, regresar de la escuela y volver a ir a vender, en ocasiones hasta muy noche, sus edades oscilan entre los 9 y los 13 años, pero estos abusos se vienen cometiendo desde tiempos atrás”.
De momento, los nombres nos los vamos a reservar y datos adicionales, queremos ir dando más datos adelante, afirma en su escrito.
La intención es que el DIF al ver que se hace público este caso, tal vez tome cartas en el asunto, porque la vez anterior cuando vinieron los del DIF que fue solamente una ocasión y luego los citaron en la oficinas, escuche de parte de uno de los familiares de los niños como se jactaban de que en palabras textuales «PINCHE GENTE METICHE SI PENSABA QUE LES IBAN A QUITAR A LOS NIÑOS AHORA HASTA MEJOR LES FUE PORQUE EL GOBIERNO LES IBA A DAR DINERO PARA LA MANUTENCION DE LOS NIÑOS» siendo que el padrastro es un alcohólico y drogadicto que trabaja temporalmente.
Prosigue el escrito, por ejemplo en tiempos de que hay coco de raspa a los niños mas grandes les dan dos cubetas con 20 bolsas de cocos de raspa para que los vendan y deben forzosamente de terminarlos, y si es en temporada de vacaciones largas, se duplica la salida de los niños a la calle, a la niña mas chica que por cierto tiene problemas de lenguaje y es evidente su miedo, a ella le dan de 10 a 15 bolsas, y si no las venden, ya saben que es una golpiza segura.
Únicamente los 15 días posteriores a que ellos tuvieron la entrevista en el DIF a los niños dejaron de mandarlos a vender e incluso los traían mejor vestidos, pero luego el calvario regreso, lo indignante para mi es que el DIF quiera exponer a los denunciantes a posibles represalias y no hagan su trabajo de investigación a fondo.
Los nombres de los niños son Lluvia (la menor) Antonio (el que le sigue) y Guadalupe (la más grande) su mama María.
“Si requiere más datos con gusto se los proporciono
Y de antemano agradezco su discreción, yo se que en ocasiones no le hacen mucho caso a denuncias que sean tipo anónimas porque muchas veces es broma.
“Pero si se me parte el corazón que no reciban la ayuda necesaria, se que los niños se sienten maniatados y amedrentados”.
Estaremos dando más datos, termina el escrito enviado a este medio.