Extorsiona y Reprime Policía Municipal a Adolescentes

Es ya una situación inaceptable, hay impotencia en familias que a través de sus hijos adolescentes sufren el acoso y la extorsión por parte de policías municipales. No se atreven a denunciar los hechos porque temen represalias, los jóvenes prefieren quedarse callados

Por Paty Aguilar

Este domingo un joven que estaba trabajando en un comercio, fue detenido por la policía municipal luego de que su patrona le pidió realizar un trabajo fuera del local, se lo llevaron a pasear en la patrulla, lo interrogaron para saber cuánto ganaba, verbalmente lo insultaron, lo amenazaron, mientras que sus padres y su patrona lo buscaron en la cárcel municipal y nada, el chico no había llegado, se movilizaron y finalmente, el chico fue dejado en libertad cuando se dieron cuenta de la furia de la familia.

Ante esta situación, la familia decidió denunciar los hechos en este medio de comunicación, pero más tarde nos informaron que el chico estaba muy asustado, que tenía miedo a los policías y que había decidido ya no regresar a su trabajo, incluso que quería irse a su ciudad natal ante la desesperación de su madre que llegó a Bahía de Banderas en busca de una mejor calidad de vida.

Impotencia, resentimiento, rencor, miedo, terror, son solo algunos de los sentimientos que prevalecen en adolescentes que son capturados por la policía municipal y que estos en vez de llevarlos a la cárcel municipal para deslindar supuestas responsabilidades de los hechos que se les imputan, los llevan a pasear en las patrullas y los someten a interrogatorios indignos con palabras altisonantes y amenazas que aterrorizan a los jóvenes y de paso a sus familias que prefieren no denunciar los hechos por temor a represalias por parte de estos policías que se dedican específicamente a esta actividad.

Desafortunadamente, estos jóvenes y sus padres se sienten en estado de indefensión porque se han dado cuenta que aún que otros casos se han publicado e incluso denunciado ante la Comisión de Derechos Humanos, no hay respuesta, los policías municipales siguen con esta ilícita actividad que ya se hizo costumbre en varias comunidades. Y es que para hacer valer la justicia y el estado de derecho, a dichas familias les sale muy caro en tiempo y dinero para presentar quejas y denuncias y darles seguimiento y eso lo saben los abusivos policías municipales.

Las actividades laborales de los padres de familia y los bajos salarios que perciben los inhiben para buscar la justicia que es tan carísima en nuestro estado y a eso se agrega la omisión y negligencia que impera entre los funcionarios públicos que muchas de las veces evitan dar seguimiento a las pocas quejas que se presentan “es que los denunciantes ya no regresan” argumentan.

Cabe mencionar finalmente, que en la camisola de los uniformes de la policía municipal preventiva a la altura del hombro llevan una leyenda que dice “proximidad social”, este concepto forma parte de la capacitación a los policías que tiene como objetivo instruirlos a fin de recuperar la confianza en el ciudadano a través de estrategias de cambio policial y lograr así que el estado de seguridad en el municipio prevalezcan, sin embargo, en Bahía de Banderas, este concepto es letra muerta, los policías andan sueltos y la ciudadanía está a su merced temerosa de caer en sus garras.