Influyentismo de los Esparza y SNTE en Cárcel Municipal Favoreció a Maestra Golpeadora

Este pasado fin de semana fueron detenidas una madre de familia y una profesora por agresiones físicas; la madre fue encerrada en una celda, la profesora en una oficina con aire acondicionado. Abusivas profesoras hicieron bulling a la madre de familia que se atrevió a enfrentarlas porque conoce sus derechos.

Por Paty Aguilar

La intervención del profesor, Antonio Plácito, ex dirigente del SNTE Sección XX a nivel municipal en Bahía de Banderas, pero que a nivel estatal ostenta el cargo de Secretario de Crédito, y la participación del abogado, Adán Esparza, así como otro abogado que fue enviado por el regidor, Xavier Esparza, para defender a la supervisora escolar de la zona 55 de Preescolar en Bahía de Banderas, profesora, Martha Juana Rodríguez Mora, luego de que se vio involucrada en un incidente donde se agarró a golpes con una madre de familia del kinder, Amado Nervo de San José del Valle, señora, Rigoberta Sánchez, denotó cómo a base de influencias la profesora logró que se le diera trato preferencial dentro de la cárcel municipal, donde el director, es el ex regidor, Javier Esparza García; mientras la madre de familia fue internada en una celda, la profesora fue tratada con diligencia y más tarde llevada a una oficina con aire acondicionado donde la acompañó el profesor, Antonio Plácito y donde el abogado, Adán Esparza, pudo hablar con ella a sus anchas.

Ahí, en ese lugar tuvieron tiempo de hablar con el director de Seguridad Pública, Javier Esparza García, tanto el abogado, Adán Esparza, como el propio profesor, Antonio Plácito y la profesora, para ponerse de acuerdo sobre cómo manejar el asunto. Minutos después, sacaron de la celda a la madre de familia y la llevaron a esa oficina donde, sin abogado que la asesorara, trataron de persuadirla de que no presentara denuncia penal por las lesiones que sufrió en su rostro que porque las dos serían consignadas y las multas serían muy altas para poder salir libres, además de los días que pasarían en prisión, acuerdo que Rigoberta no aceptó porque consideró que ella era la agraviada, sin embargo, les dijo que no decidiría nada hasta que pudiera hablar con su esposo, el periodista, José Manuel Cervantes, que mientras tanto estaba fuera de la cárcel esperando recoger las pertenencias de su esposa a sabiendas de que su esposa estaba determinada a denunciar a la profesora por haberle arrebatado su celular y por el fuerte golpe que recibió en su rostro.

Ante la negativa de la madre de familia para llegar a un acuerdo, fue entonces que solicitaron a José Manuel que entrara a la cárcel y ya adentro, el profesor Antonio Plácito, logró convencerlo de llegar a un acuerdo donde la profesora se haría cargo de pagar los gastos médicos de su esposa bajo la condición de no agresión por ambas partes a partir de ese momento, acuerdo que no respetó el abogado, Adán Esparza, quién ante el MP y con la anuencia de la profesora, se negaron a pagar los gastos médicos, entonces, la madre de familia, dijo que no firmaría tal acuerdo y que mejor se fueran a juicio penal, aquí tampoco hubo abogado que la asesorara, fue entonces que la profesora aceptó firmar lo que ya había acordado en la cárcel municipal ante el subdirector y director de Seguridad Pública, según explicó la madre de familia a este medio de comunicación quien para las casi 7 de la tarde, no había sido atendida medicamente, ni siquiera un analgésico le dieron, cuando el duro golpe lo recibió desde la mañana alrededor de las 10 horas.

Así narró la madre de familia los hechos ante una profesora sin escrúpulos que trató de negar que ella la hubiera golpeado, sin embargo, ni el subdirector de Seguridad Pública, ni la agente del Ministerio Público de Valle de Banderas, le creyeron. Sabía perfectamente dicha profesora que efectivamente había cometido un error y grave puesto que ella es funcionaria pública, es por ello, que quienes abogaron por la profesora, como el profesor, Antonio Plácito, trataron por todos los medios posibles de disuadir a la madre de familia de interponer una denuncia penal en su contra, lo que al final lograron ante la anuencia y buena fe del esposo de la agraviada, el periodista, Juan Manuel Cervantes, quién al ver a su esposa golpeada y no haber sido atendida médicamente, creyó prudente solicitar a su esposa, que estaba renuente a firmar el acuerdo, que lo hiciera, sin embargo, mientras que la profesora tuvo abogado a su lado ante el MP, la señora Rigoberta Sánchez, estuvo sin asesor legal y es que ahí, la profesora junto con su abogado, Adán Esparza, trataron de cambiar el acuerdo previo que aceptaron en la cárcel municipal.

Sin embargo, aunque la profesora obligada por las circunstancias tuvo que firmar dicho acuerdo, las profesoras del kinder, calentaron a madres de familia para que se fueran contra el esposo de Rigoberta, que como se dijo líneas arriba, es periodista, lanzando calumnias contra él y tratando de desvirtuar los hechos en un periódico que se publicó este domingo 19 de octubre 2014. Madres de familia que no estuvieron presentes, que no vieron ni escucharon cómo se dieron los hechos que fueron corroborados más tarde por el MP y el subdirector de Seguridad Pública ante las declaraciones de las afectadas.

Destacar que un grupo de madres de familia del kinder Amado Nervo, que son apegadas a las profesoras de este plantel educativo, se han dedicado a mentir y desvirtuar los hechos donde la supervisora escolar de Preescolar de la zona 55 en Bahía de Banderas, profesora, Martha Juana Rodríguez Mora, dio un puñetazo a una madre de familia, Rigoberta Sánchez, quién se reserva el derecho de acudir a las instancias de gobierno pertinentes para denunciar los hechos. Estas madres de familia no fueron testigos presenciales porque cuando ocurrió el incidente, solo estaba presente la supervisora escolar, las directoras del kinder de ambos turnos, una de ellas, por cierto, la del turno de la tarde, tomo por la parte de atrás a la madre agraviada hasta sofocarla, asimismo estaba ahí la maestra de grupo de la hija de la madre de familia y por supuesto la madre agraviada.