Joven Prepotente y Mentiroso, Fue Regañado por su Mamá en el Alcoholímetro

Cándido Omar Medina, fue retenido en el operativo de tránsito, fue prepotente y mentiroso con los agentes, llegó su señora madre y lo regañó

Por Mauricio Lira Camacho
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Cándido Omar Medina, joven retenido por manejar en estado de ebriedad, fue prepotente y mentiroso con agentes de tránsito, pero se calmó cuando llegó su mamá y lo regañó.

Fue en el operativo anti alcohol de este pasado fin de semana, que este conductor obtuvo más de 0.60 grados de bebida etílica en su cuerpo, cuando antes de rendir declaración ante la agente en turno y médico legisla, así como con el juez, que comenzó a hacer llamada a números telefónicos celulares.

Le contestaban, hablaba y platicaba.

En todo momento, le pasaba el celular a los agentes y juez, “es Campoy quiere hablar con ustedes”, nadie le tomó la llamada.

Fue hasta que llegó con Juan Villalvazo, comandante encargado del operativo anti alcohol, a quien le dijo, “le hablan”.

“Quién es”, respondió.

“Conteste por favor”, le reviraron al agente.

“Dígame quién es”, contestó otra vez en un tono serio el representante de la ley.

“De parte de Campoy”.

“¿Ah sí?, y si no es, por que a mi Campoy me habla directamente no necesitamos de terceros”, dijo el agente.

El ánimo se caldeó, cuando a lo lejos rindiendo declaración, este joven Cándido, platicaba en su celular con una persona, y Villalvazo alcanzó a escuchar, “pues este que se puso rejego”.

El agente esperó a que el infractor colgara para increparlo, “¿a quién le dijiste así?”.

Muy serio y prepotente contestó, “no lo tome así pero para que no me contesta llamadas de Campoy”.

“No son de Campoy”.

Hubo una discusión, al grado de que el agente de tránsito, suspendió todos los trámites y decidió que se llevaran a este joven directamente a la cárcel.

En este tiempo de espera, al modulo anti alcohol de avenida Francisco Villa y Fluvial Vallarta, llegó la señora madre de Cándido Omar Medina, acompañada de sus hermanos.

El comandante de tránsito le comentó todo y sintetizó a la progenitora que este joven había sido demasiado grosero, prepotente y mentiroso, iba suspender llevarlo a la cárcel, pero si abría la boca para insultar no habría perdón.

La mamá habló con el hijo, sus hermanos de igual forma, en un período de 30 minutos, Cándido no dijo ni pío.

Se lo llevaron habiendo pagado la multa y liberado el vehículo, tras el regaño familiar la borrachera se le bajó y Cándido se fue callado.