Libera Tortugas en Riviera Nayarit

Nuevo Vallarta, Playa Tortugas y Rincón de Guayabitos, puntos privilegiados por la arribazón anual, permiten una experiencia inolvidable sin alejarse de la diversión

Tomar una pequeña cría de tortuga marina entre las manos, por unos instantes, sintiendo como sus diminutas aletas luchan por hacer avanzar su pequeño caparazón, al tiempo que provocan un agradable cosquilleo en la palma de las manos, para después colocarla sobre la arena justo donde el mar tiene su borde, es una experiencia conmovedora.

Liberar tortugas en Riviera Nayarit es una más de las actividades que se pueden realizar y quizás una de las que llegan más al corazón. También es posible ser testigo del momento en que una hembra adulto sale del agua para depositar sus huevos en la playa, el milagro de la vida.

Lo mejor es que no hace falta alejarse de las comodidades y la diversión para poder maravillarse con uno de los grandes aconteceres de la naturaleza, por son incluso las playas más desarrolladas de la región algunas de las que mayor arribo registran.

Todos los años, entre junio y diciembre, arriban a las playas de Riviera Nayarit centenares de estos reptiles de resistente caparazón. Desde la Boca de Teacapán hasta Nuevo Vallarta, lo mismo en las playas más inhóspitas que frente a los más lujosos resorts de la franja turística.

En su mayoría se trata de la especie golfina, una de las ocho especies marinas que habitan los océanos, pero con un poco de suerte es posible hallar también en esta zona de las laúd, la más grande entre las tortugas marinas. En todo caso, patrullar una noche por las playas de la región, como voluntario de alguno de los campamentos que se han establecido en la zona y que son resguardados por personal capacitado, cambia la vida para siempre.

La experiencia es un imperdible y en muchos casos de los casos basta con permanecer despierto una noche entera, tan solo a unas decenas de metros de la habitación, para poder vivir la experiencia y observar cómo desova uno de estos quelonios.

Una vez que en la temporada pasa el periodo de incubación y los huevos eclosionan, comienzan a darse los nacimientos, y se ofrece la oportunidad de ser uno de los afortunados que liberan a las crías.

Nada se compara a ser testigo del comienzo de una lucha por sobrevivir, no sólo por los inigualables atardeceres que sirven de marco a la partida de estas todavía diminutas tortugas, que aún deberán sortear grandes obstáculos para llegar a la vida adulta. El cosquilleo que sus aletitas provocan en la palma de las manos se transfiere directo al corazón cuando los expertos explican que muy probablemente esa que tienes en las manos no regresará a esta playa.