Lo Niegan, Pero Hay Más Mendicidad

Autoridades de los tres niveles de gobierno, niegan en cada instante el problema, lo cierto es que en calles de Puerto Vallarta cada vez hay más mendicidad

Por Mauricio Lira Camacho
NOTICIASPV

Autoridades de los tres niveles de gobierno lo niegan, pero el problema es real y se agrava diariamente.

La mendicidad aumenta en las calles céntricas y en la periferia al primer cuadro de la ciudad.

Este destino de playa se ha convertido en los últimos años en un centro importante de atracción, para turistas nacionales e internacionales en temporadas vacacionales de diciembre, verano  y semana santa principalmente.

Pero también para la presencia de malandrines temporales, quienes de otras partes del país, hacen de Puerto Vallarta su nido para fechorías.

Esto provoca también un aumento considerable de personas quienes se dedican a la mendicidad, a trabajar en los cruceros, pedir limosna o vender mercancía en las calles.

Esta semana, la lente de este medio captó a una señora de las llamadas “marías”, sentada en una banqueta en contra esquina de la calle Honduras en el centro.

Compró tacos y un refresco y cansada del calor y el ajetreo de andar pidiendo dinero a la gente y vender artesanía, no aguantó e hizo una pausa para comer.

Ahí aprovechaba el paso de peatones a quienes mientras comía, pedía unas monedas.

Nadie supervisa, ni inspecciona, muchos menos hacen recorridos para tratar de solventar y erradicar el problema por el bien de las propias personas y de la imagen al turismo.

Cabe destacar que la mendicidad la practican aquellos que necesitan limosnas para su sustento -al menos en parte- económico. Mayoritariamente, los mendigos solicitan dinero.

Los motivos para mendigar son diversos, y son especialmente frecuentes en países del Tercer Mundo y zonas similares a éstos.

El desempleo, accidentes, la avanzada edad, la vagancia o la negativa a recibir ayuda social son algunos de los motivos más frecuentes.

La mendicidad también puede ejercerse por voluntad propia, ejemplo de ellos lo son las órdenes mendicantes.