* Desde hace varias semanas, este icono padece de un severo descuido, suciedad y lo que es peor ya es recinto, para consumo de drogas.
Por Mauricio Lira Camacho
Noticiaspv
El malecón I, de mal en peor. Descuidado, sucio, grafiti y con adictos a la droga, la autoridad no remedia y la policía tampoco actúa. En plena temporada alta de visitantes uno de los principales atractivos de Puerto Vallarta, está en declive. En un recorrido reciente y con versiones de gente local, turistas nacionales e internacionales, el común denominador es el descuido que ha habido.
Desde su concepción, para la transformación de este malecón, hubo diversos problemas.
Fue en el trienio de Salvador González, tiempo en el que se cocinó el proyecto, el cual fue echado a andar ante la opacidad en la información y el inicio de su ejecución por la noche. Sin consenso popular y con parches de un proyecto ya existente en España. Transcurrido el tiempo, la ciudadania y turistas, constataron que la calidad del material deja mucho que desear.
Su funcionalidad como tal es deprimente.
Principalmente por el sistema de iluminación y la infraestructura eléctrica, la cual cobró lamentablemente la vida de una paseante mexiquense. Sin embargo, al gobierno en turno le corresponde también la enorme responsabilidad de mantener supervisión e inspección. Sobre todo, reparar los daños que se le han ocasionado en tan poco tiempo.
En este recorrido y con evidencias gráficas, se pudo constatar que existe un descuido enorme, primero por la suciedad y malos olores que privan. Bancas sucias, estructuras en mal estado, algunas incluso con oxido, demasiada basura en bases de palmeras y troncos en donde hay pequeñas rejillas que albergan vasos térmicos de café y bebidas embriagantes.
Personas que deambulan, aprovechando espacios que hay para mendigar o dormir como vagabundos. Uno de los aspectos más graves es la venta y consumo de droga que se comienza a percibir. Atribuyendo a padrón y licencias, reglamentos y la policia falta de entereza para erradicar este flagelo. En una de las gráficas se aprecia a un joven sentado literalmente en el piso, bajo los efectos de la droga.
A otros, ingiriendo bebidas embriagantes, además que en esta época de diciembre, los adornos son pocos y deprimentes.
Por las tardes después de las 13 horas, un músico violinista tiene a todo volumen sus interpretaciones, dicen afectados, la música no es mala sino el exceso de volumen. Urge poner orden en el malecón zona I, existe deterioro y descuido, aunado ahora el consumo de drogas.