Se extiende el problema sin que autoridad alguna haga un trabajo serio para prevenir o erradicar
Por Mauricio Lira Camacho
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La zona urbana de Puerto Vallarta no es la única con problemas de mendicidad, ya hay en Boca de Tomates.
Este problema se extiende, sin que autoridad alguna haga un trabajo serio para prevenir o erradicar.
Si bien es cierto afuera de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe existen algunos indigentes y personas enfermas de la mente, los hay circulando en el primer cuadro de la ciudad, sobre el malecón y arterias de la periferia.
Problema que se extiende a la delegación en el centro de El Pitillal, Las Juntas e Ixtapa, teniendo menor repercusión en Las Palmas.
En calle Honduras y aledañas, así como en playas del destino, ese es otra serie de puntos, de presencia de personas para pedir dinero.
Sin embargo, desde este pasado fin de semana, quienes tienen alguna necesidad, independientemente de la que sea, abarcan ya las ramadas en la playa de Boca de Tomates.
Por años comensales, locales, nacionales y extranjeros, aprovechan principalmente los fines de semana, para salir del estrés y acudir a estos locales de comida donde ofrecen especialidades del mar para comer.
Los asiduos a estos lugares deben soportar hasta cierto punto la presencia de vendedores de diversos productos de playa, juguetes y de comida.
También de la gran cantidad de payasos y personas que por unos pesos amenizan parte del día.
O de quienes se dedican a acudir solos o en grupo para interpretar canciones, a cambio de dinero.
En este contexto, a esta zona de buen comer al norte de Puerto Vallarta, ya llegaron indigentes y mendigos, quienes llevan consigo botes para que les depositen alguna moneda.
Las razones que exponen, al menos uno de ellos, se trata de un abuelo que pide dinero para los cuidados médicos de su nieto el cual se encuentra muy enfermo, “vengo a pedirles una ayuda para mi nieto que necesita medicinas, no piensen mal que le de otro destino al dinero”, dice de mesa en mesa.
Y detrás de sí, ya hay más gente que pide monedas en otras ramadas, principalmente de apoyo para un centro de rehabilitación.