El director de la DRSE, Roberto Palomera, señaló que el caso del profesor Alfredo Sandoval Pelayo, está siendo analizado por el departamento jurídico
Por Mauricio Lira Camacho
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No debe dar clases, el profesor está cansado.
El director de la DRSE, Roberto Palomera, señaló que el caso del profesor Alfredo Sandoval Pelayo, está siendo analizado por el departamento jurídico.
Sabe de ante mano que el maestro de Ixtapa, está cansado, pero se debe seguir toda una investigación, pues lo que menos se debe buscar una afectación a los educandos.
Dijo en entrevista que este caso está siendo revisado, y en los próximos días habrá ya una resolución en definitiva.
Cabe destacar que Alfredo Sandoval Pelayo es profesor ya mayor, está cansado, el problema es que hostiga psicológicamente a los alumnos.
Imparte clases en la escuela primaria “María del Rosario Plasencia García”, en la colonia Ampliación Primero de Mayo.
Es parte de la denuncia pública que hizo una madre de familia de nombre Alejandra Ortiz.
En este sentido Palomera aseguró, que en breve se dará a conocer el fallo de este caso, “lo que sé de este asunto es que hay una parte acusadora y el profesor presenta sus alegatos de defensa”.
De parte de la autoridad educativa en el estado, está por salir el dictamen, aunque aceptó que lamentablemente quienes pagan los platos rotos son como siempre los alumnos.
Aunque aclaró que en todo caso siempre hay soluciones, ya que a cada maestro a quien se le sigue un proceso administrativo, se le asigna un maestro interino que lo cubrirá, dijo que el problema se resolverá de inmediato.
El cansancio en profesores de cualquier nivel es evidente, se traduce en falta de motivaciones y hartazgo, luego de llevar una actividad rutinaria por años.
En salas de profesores de los distintos niveles, es el mismo comentario, los alumnos saben cada día menos y se llevan cada año más materias. Cinco o seis en promedio.
Sin hacer conciencia sobre el verdadero pape de los profesores.
Estudian menos, razonan menos, comprenden menos.
Y, por lo mismo, sus maestros están más cansados, más estresados, más agobiados. Porque esta realidad los obliga no sólo a ejercer su clásico rol de trasmisores de saber y conocimiento, sino también a convertirse ellos en padres de sus alumnos e inculcarles hábitos básicos de orden, organización, responsabilidad y respeto.