Conductores que fueron infraccionados en el operativo Radar coindicen por separado en señalar que este tipo de acciones de tránsito son de lucimiento y para tapar fallas
Por Mauricio Lira Camacho
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La mayoría de los conductores que fueron infraccionados en el operativo Radar en Fluvial Vallarta, coinciden que esta acción de tránsito municipal, es puro show y de lucimiento.
Así lo expresaron varios automovilistas molestos porque dicen avenida Grandes Lagos no es empedrada y es increíble circular a 30 kilómetros de velocidad.
Afirman que ante los agentes de tránsito no se les puede ganar la palabra y así ha sido, además de que como dijeron algunos, “ahogado el niño a tapar el pozo”, lo anterior luego de que hace unos días un joven conductor perdió el control de la unidad y cayó a la inmediación de dos puentes vehiculares ocasionando la muerte de una joven y de tres heridos.
Todo debido a la irresponsabilidad y de no respetar los límites de velocidad y los señalamientos.
Este miércoles por la mañana, un joven conductor que llevaba en su camioneta grande a dos pequeños debidamente con los cinturones de seguridad, sumamente molesto, alegó con una joven de tránsito a quien no convenció de que solamente iba a 40 kilómetros de velocidad.
La servidor público le decía que el radar marcaba 61 kilómetros lo más grave es que era zona escolar donde se localiza la secundaria mejor conocida como La Pesquera.
“Pero no hay clases”, reviró el automovilista.
“Esa no es la cuestión, lo que pasa es que debemos aprender a conducir”, le trató de decir la agente de tránsito.
Sin embargo, el joven conductor trataba de explicar que el transitaba por Grandes Lagos hasta cinco veces al día y conocía la ruta, a quienes no veía era precisamente a los agentes de tránsito, “hasta hoy luego del accidente de la chica, nunca se habían aparecido están tratando de sorprender eso es todo”, dijo el conductor.
Cabe destacar que se ha informado de las consecuencias de no respetar, de manejar a exceso de velocidad con datos y comparaciones, entre lo que se muestra que alguien que choca a 80 kilómetros por hora es como si cayera de un edificio de siete pisos, quien maneja a 140 kilómetros por hora es similar a una caída de 22 pisos y una persona en un auto que vaya a 180 kilómetros por hora pegará con la fuerza de una caída de 36 pisos.