Ahora fue Cecilia Aguilar Campos, la segunda persona manifestante en plaza de armas que sufre casi un desmayo, fue una ambulancia por ella
Por Mauricio Lira Camacho
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Consecuencia de no probar alimentos por más de una semana.
Son palabras de un socorrista de la cruz roja, quien la llevaba del brazo, para subirla a la unidad de la cruz roja.
Se trata de Cecilia Aguilar Campos, la segunda manifestante que sufre recaída al borde del desmayo, atribuible a la falta de agua y alimentos.
Lo anterior derivado del movimiento que tienen cuatro ex empleados municipales, en el kiosco municipal en plaza de armas en el municipio de Puerto Vallarta.
Un aparente despido injustificado, provocó una serie de movilizaciones que desembocaron en una huelga de hambre que el pasado lunes cumplió más de una semana.
Fue poco más del medio día de este jueves 20 de febrero del corriente, cuando al lugar para discapacitados se estacionó una unidad de la ambulancia de la cruz roja, cuyos integrantes atendieron de emergencia a la ciudadana Cecilia.
Ella era llevada del edificio de la presidencia municipal de Puerto Vallarta, por dos personas quienes la sostenían de los brazos, no podía caminar, su semblante era de palidez.
Los ojos blancos y en momentos parecía desfallecer, sus compañera Araceli le daba ánimos para seguir, ella ya había padecidos los estragos de sufrir recientemente también un desmayo la noche del pasado domingo.
En estos días, los manifestantes no han probado alimento alguno, solamente se han mantenido con el suero que se les ha proporcionado.
Dicen no cejarán en su lucha, para que los reinstalen pues nada malo hicieron.
Al parecer el diálogo con la autoridad municipal, se rompió luego de una primera incursión del jefe de recursos humanos, Héctor Briseño y del estrenado sub oficial mayor administrativo, Héctor Gallegos de Santiago.
El kiosco municipal luce repleto de mantas y cartulinas, alusivas a la falta de compromiso del alcalde en turno, quien no les ha cumplido sus exigencias, de aparatos de sonido donde difunden audios y entrevistas, así como de computadoras donde consultan actividad de redes sociales y páginas informativas por internet.
Dentro del kiosco mantienen tiendas de campaña donde duermen y descansan durante el día, reciben muestras de apoyo de residentes y extranjeros que pasean por la plaza de armas guiados por los expertos en recorridos en el primer cuadro de la ciudad.