Han transcurrido diversas administraciones y el servicio de recolección de basura no mejora, no acaba el eterno problema de camiones descompuestos
Por Mauricio Lira Camacho
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Puerto Vallarta sigue siendo un destino de primer mundo, más no así su servicio de recolección de basura.
Padece los estragos de voraces intereses empresariales que con la bonanza en su momento con gobiernos estatales y municipales, hacen que trate de ser el mejor negocio, más que pensar en una necesidad ciudadana.
Actualmente, todavía existen colonias que padecen un sistema de recolección deficiente, lleno de impuntualidades y mal servicio, así como la atención de varios de los trabajadores.
Aunado a que con el eterno problema de que los gobiernos municipales, no tienen dinero, la descompostura de camiones, esté a la orden del día.
Fueron los trienios de Salvador González y su antecesor, Javier Bravo, como los más emblemáticos, pues el problema de la basura rebasó lo inimaginable.
Intereses de ambas partes para lograr la concesión en el servicio de recolección de basura, propiciaron que hoy en día en Puerto Vallarta, siga habiendo problemas en este sector.
No es solamente en días festivos y vacaciones, cuando el servicio de la recolección de basura en las colonias, aminora, sino la falta de atención y de mantenimiento de las unidades encargadas del servicio.
Es constante que hoy en día, debido al mal estado de algunas calles en determinadas colonias, en algunos casos agravado por temporal de lluvias, las unidades literalmente no pueden transitar.
Aunado a ello el mal estado de las unidades es otro de los factores, con el que titulares en su momento del taller municipal, deben de batallar, pues se conjuga que no hay dinero para la reparación de los camiones o la compra de nuevas unidades.
Esta mañana, en inmediaciones de plaza marina, un camión recolector que se encarga de recolectar los residuos que se acumulan en una bodega de conocido centro comercial, quedó varado por una falla mecánica, situación que provocó en su momento cuello de botella para residentes de la zona, asiduos a los locales comerciales, trabajadores y del paso de enormes camiones para carga y descarga de mercancía.
La razón de los trabajadores cuestionados por este medio, fue que es la tercera ocasión en que se descompone y cada vez es peor, lo malo es que no hay dinero para refacciones y el mecánico de guardia siempre debe improvisar.