* Elementos de la policía turística, comentan que es común en el centro del puerto, haya cada día jóvenes vagos y adictos que afectan la imagen ante turismo.
Por Mauricio Lira Camacho
Noticiaspv
Derivado del desempleo, falta de oportunidades y recesión económica, en el centro de Puerto Vallarta, cada día hay más vagos y adictos que afectan la imagen del destino. Elementos de la policía turística, comentan que es común en el primer cuadro del puerto, haya cada día jóvenes vagos y adictos que en nada ayudan a dar la mejor cara de Vallarta.
La plaza de armas, el kiosco, las bancas y parques públicos son escenarios naturales para que las personas que no estudian y trabajan, los ocupen casi todo el día. Muchas de estas personas cargan consigo publicaciones en donde encontrar algún empleo.
Otras acuden a descansar luego de una resaca nocturna anterior, de quienes llegan a Puerto Vallarta, con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida.
Es durante la mañana, tarde y noche cuando los elementos de seguridad se dan a la tarea de literalmente correrlos por iniciativa propia o como en la mayoría de las ocasiones, producto de una denuncia ciudadana.
Como ocurrió esta mañana, en una de las bancas localizadas a un costado del paseo peatonal del malecón, cuando dos elementos de la corporación recibieron quejas ciudadanas, en el sentido de que al parecer había un joven dormido y presuntamente bajo los efectos de algún enervante.
Al hacer su recorrido a pie, un par de policías corroboraron que efectivamente había un muchacho de 25 años de edad en promedio, vestido casi todo con ropa color negra, una enorme mochila y dos celulares en mano. Recostado plácidamente en una de las bancas, dormido y cuando fue despertado, a los policías les dio la sospecha que este joven, traía efectos de bebida embriagante o de alguna droga.
El joven fue invitado a desocupar esta banca y retirarse del lugar por seguridad.
En la machetera donde yacía recostado, había al menos dos latas de cerveza, presumiblemente las había consumido, además su aspecto físico denotaba cansancio e incoherencia al coordinar sus palabras.