Entre otros objetivos, para volver a posicionar a Puerto Vallarta en el mercado mundial
Por Mauricio Lira Camacho
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La plaza de armas, luce un espectáculo lamentable, con un kiosco tomado por manifestantes, quienes llevan independientemente de sus necesidades casi todo el 2014.
Primero por ex empleados municipales quienes luchaban por una reincorporación laboral y después por protestantes afiliados al movimiento de izquierda El Barzón.
En este contexto, además de otras características que privan en el primer cuadro de la ciudad, como lo son demasiados locales en venta y/o renta, suciedad y pésimo acumulamiento de basura, ahora está el de un centro literalmente secuestrado.
Los integrantes del grupo Vallarta Centro presentó hace algunas semanas lo que denominó en coordinación con representantes del Colegio de Arquitectos, el diagnóstico de lo que vive el primer cuadro de la ciudad y las recomendaciones así como las conclusiones, que proponen a la ciudadanía para llevar a cabo en un corto plazo.
Entre estas conclusiones, se menciona el hecho de mejorar la imagen del centro de Puerto Vallarta.
Se exponen siete conclusiones generales y recomendaciones.
La primera sugiere replantear el modelo de turismo masivo en Puerto Vallarta
y su región al ser altamente depredador para la economía y población local. Los beneficios del turismo no llegan de manera efectiva a los vallartenses y ello genera frustración, violencia y desestabilidad social ante la desigualdad percibida.
Los esquemas de Todo Incluido, Tiempo Compartido y similares inhiben que los visitantes gasten fuera de sus instalaciones afectando la redistribución económica.
El segundo se refiere a la urgencia y pertinencia de atender la problemática
actual del Centro de Puerto Vallarta como una necesidad estratégica y vital para la supervivencia turística del destino. La ventaja competitiva que se tiene debe ser aprovechada como elemento de diferenciación ante otros destinos turísticos.
La tercera subraya la necesidad de creer que sí es posible revitalizar esta
zona de la ciudad pese al aparente fracaso que ha implicado la constante
inversión económica, en particular en los últimos ocho años pero que en la
práctica no se observan los resultados positivos.
La inversión en obras físicas ha sido paliativa que no resuelven de manera completa la compleja problemática de la zona.
El cuarto se refiere a la necesidad de lograr todos aquellos acuerdos que
sean necesarios con los personajes y grupos de poder fácticos, quienes con el
argumento de conservar sus intereses y beneficios están afectando negativamente al Centro.
Esto es particularmente relevante en el tema del transporte urbano y
taxis, cuya gestión inadecuada resta competitividad. Es deseable continuar
empujando la implementación de la Agenda Ciudadana hasta convertirla en
políticas públicas municipales. En especial el IMPLAN, el Instituto de Movilidad, el Observatorio Turístico y actualizando el Reglamento de Turismo Municipal.
La quinta aborda la urgencia de mejorar la gestión del Centro. Una posible
solución radica en la conformación del Patronato del Centro Histórico para
asegurar la actuación pertinente y entrega de resultados a corto plazo. Para ello deberá tenerse sumo cuidado en su constitución, insistiendo en que el propósito del Patronato debe ser la vigilancia de los gobernantes y funcionarios para que las leyes se cumplan. Jamás la de suplir a la autoridad misma. La conformación de su Consejo debe ser cuidadosa y reflexiva. Sería prudente y conveniente incorporar a un par de miembros prominentes de la sociedad civil en lugar de que se conformara solo con representantes de empresarios.
La sexta consiste en socializar las intervenciones de política pública con
todos los actores que tienen intereses en la zona, en particular con los vecinos
que aún residen ahí. Hay que fortalecer el trabajo compartido, articulando
intereses desde una perspectiva de ´ganar-ganar´ para todos. Ello implica
empoderar la participación vecinal.
Finalmente, se sugiere promover los resultados, atractivos, lugares y
acciones positivas desarrolladas entre la población local y turistas para incentivar el regreso paulatino de todos ellos al corazón de Puerto Vallarta, su Centro Tradicional.