Ratzinger será Papa emérito

ROMA, 27 de febrero.– Benedicto XVI será “Pontífice emérito” o “Papa emérito” después del 28 de febrero, día en que terminará su pontificado.

Así lo informó ayer por la mañana Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, en una conferencia de prensa donde habló sobre las últimas horas de Joseph Ratzinger al frente de la Iglesia católica.

“El Papa conservará el nombre de ‘Su Santidad Benedicto XVI’ y vestirá la sotana blanca simple, sin la manta que cubre la espalda”. Sobre los zapatos que usará Ratzinger a partir del viernes próximo (como Papa usa rojos), Lombardi dijo que ahora usará de otros colores, quizá marrones. “El Papa también tenía marrones y, en particular, le gustan mucho unos que le regalaron en su viaje a México de 2012, en León”.

Asimismo se informó que para la última audiencia general del Papa que se llevará a cabo hoy miércoles 27 de febrero a las 10 de la mañana, ya han sido destribuidos 50 mil ingresos reservados, aunque saben que las llegadas podrán superar esta cifra.

Lombardi dijo que la audiencia se llevará a cabo de manera normal, aunque el paseo con el Papamóvil será más largo de lo que se hace cotidianamente. Las presentaciones que se hacen cada miércoles al final de la audiencia, o el llamado “besamanos”, serán sustituidos por los encuentros que Benedicto XVI tendrá en la Sala Clementina con algunas autoridades presentes en Roma, entre los que ya se tienen confirmados al Presidente de Eslovaquia y de la región alemana de Baviera.

Mañana, 28 de febrero y último día de su pontificado, Benedicto XVI se despedirá de los cardenales presentes en Roma en la Sala Clementina.

A las 16:55 horas, en el Cortile de San Dámaso, recibirá los honores de un grupo de la Guardia Suiza y será despedido por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, así como de otros miembros del gobierno vaticano.

En el helipuerto vaticano, Benedicto XVI recibirá el saludo del cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio.

A su llegada en helicóptero a Castel Gandolfo, programada a las 17:15 horas, lo recibirán el cardenal Giuseppe Bertello, presidente, y el obispo Giuseppe Sciacca, secretario del Gobernatorado del Estado de la Ciudad del Vaticano; el obispo de la Diócesis de Albano, monseñor Marcello Semeraro y las autoridades civiles de la ciudad.

Benedicto XVI se asomará al balcón del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo para saludar a los fieles que ahí se reúnan y en punto de las 20:00 horas comenzará la Sede Vacante. En ese momento la Guardia Suiza, que está en Castel Gandolfo se retirará ya que es un cuerpo dedicado sólo al cuidado del Pontífice romano.

De la seguridad de Joseph Ratzinger seguirá ocupándose la Gendarmería Vaticana.

El padre Lombardi explicó que Benedicto XVI no podrá utilizar el “Anillo del Pescador”, pues será destruido por el cardenal Camarlengo y sus colaboradores, ya que con este anillo se sellan documentos de cada pontificado.

Sobre el inicio de las congregaciones de los cardenales, el cardenal decano, Angelo Sodano, enviará el 1 de marzo una carta a todos los cardenales convocados a Roma, por lo que es muy “probable que las congregaciones comiencen a partir de la próxima semana, el 4 de marzo”.

Las congregaciones serán en el Aula Nueva del Sínodo y los purpurados se alojarán en la Casa Santa Marta hasta la vigilia del inicio del Cónclave, pues durante las congregaciones se sorteará el alojamiento a cada uno de los cardenales asistentes.

Lombardi destacó que estas últimas horas de pontificado se desarrollan en un clima de plegarias.

El portavoz también destacó que están llegando miles de mensajes de todo el mundo al Papa, al que la gente expresa su gratitud y cercanía.

La sotana blanca

En la Iglesia católica romana de rito latino, la sotana de uso diario es negra para todo el clero, menos el Papa para quien es blanca, y se le llama traje piano en recuerdo del papa Pio IX que estableció su uso.

Necesario reformar la Iglesia

El cardenal Cormac Murphy O’Connor, ex número uno de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales, juzgó necesario que el próximo Papa “reforme” y “renueve” la Iglesia.

El ex arzobispo de Westminster estimó que el sucesor de Benedicto XVI tiene que ser “capaz de llevar a cabo las reformas y la renovación que se necesitan en la Iglesia”.

“Hay que poner orden en la propia casa del Papa”, dijo Murphy O´Connor en rueda de prensa.

“Como ustedes saben, ha habido problemas en los últimos años”, reconoció.

En momentos en que el colegio cardenalicio habrá de elegir a un nuevo pontífice tras el anuncio de la dimisión de Benedicto XVI, tienen lugar varias controversias.

El lunes se anunció la renuncia a su cargo de arzobispo del cardenal Keith O’Brien, jefe de la Iglesia Católica de Escocia, acusado de “conducta inapropiada” por varios religiosos. O’Brien no participará en el cónclave que elegirá al próximo Papa.

El cardenal O’Brien, conocido por sus posiciones contra los homosexuales, está acusado de haber tenido a partir de los años 1980 “comportamientos indecentes” con tres sacerdotes y un ex cura, según la edición dominical de The Observer.

Murphy O’Connor calificó a O’Brien, quien desmiente estas acusaciones, de “hombre muy honesto”.

“Estos asuntos se investigarán”, agregó, estimando que este escándalo era “muy perjudicial” para la Iglesia católica de Escocia.

A pesar del “giro radical” en la lucha contra la pederastia durante los ocho años del papado de Benedicto XVI, los abusos cometidos por sacerdotes son todavía uno de los grandes temas pendientes de la Iglesia católica.

“Renuncia no es motivo de sorpresa”

El arzobispo católico de Miami, Thomas Wenski, afirmó ayer con motivo de la renuncia de Benedicto XVI y las supuestas pugnas internas en el Vaticano, que para llevar el peso del pontificado “más vale el poder del amor que el amor del poder”.

Que un hecho de este tipo se produzca en el seno de la Iglesia “no debe ser motivo de sorpresa”, ya que hasta entre los 12 apóstoles que acompañaron a Jesús “existían luchas”, aseguró Wenski, de 61 años y de padres polacos.

Benedicto XVI dejará oficialmente el pontificado mañana en un último acto público donde será despedido en el Patio de San Dámaso por un piquete de la Guardia Suiza.

El Papa ha dado ya libertad a los cardenales para que puedan anticipar el próximo cónclave, cuya fecha se conocerá una vez que la Iglesia entre en Sede Vacante –el interregno existente desde que el Papa fallece o renuncia y se elige al sucesor– y se reúnan los purpurados, a partir del 1 de marzo.

Wenski consideró que un candidato no europeo tiene posibilidades de suceder a Benedicto XVI, y podría ser perfectamente un africano, latinoamericano o asiático. “El Colegio de Cardenales es muy diverso, con miembros que vienen de todas partes del mundo”, aseveró en ese sentido.

Además, el prelado recordó que “San Pedro y unos cuantos más vinieron de Asia”. Lo importante a la postre, resaltó, es que el próximo sumo pontífice que salga del Colegio Cardenalicio como sucesor de Benedicto XVI “conozca los retos pastorales que existen fuera de Europa, hable varios idiomas” y, sobre todo, “sea un hombre de fe, un hombre santo capaz de ser un testigo creíble y coherente de la ‘buena nueva’ de Jesucristo”.

Se refirió en términos elogiosos a la labor pastoral desarrollada por Benedicto XVI en su papado, marcado por asuntos litúrgicos, dijo, como las “pautas que dejó para seguir una nueva evangelización”. En esta línea, aseguró que las homilías del Santo Padre “eran accesibles a todos, pese a ser profundas”.

El arzobispo de Miami ahondó en los grandes desafíos con que se enfrenta la Iglesia y el nuevo Papa que sea elegido en el próximo cónclave: “El reto más grande en Occidente” que afrontará el Santo Padre será el “proceso rápido y casi irresistible del secularismo”, alertó.

Al igual que el beato Juan Pablo II “se enfrentó al materialismo ideológico del marxismo-leninismo” y Benedicto XVI lo hizo con el “materialismo ideológico occidental”, el nuevo Papa, apuntó, “tendrá este mismo reto entre muchos, incluyendo las nuevas amenazas contra la libertad religiosa en los países secularizados y también en aquellos bajo el dominio del Islam”.

Por lo demás, todo sigue según lo previsto por Benedicto XVI en la reforma de 2007: el próximo Papa necesitará en todas las votaciones la mayoría de los dos tercios de los votos de los cardenales asistentes.

Queda por saber la fecha, para lo que habrá que esperar a que lo decidan los cardenales una vez se produzca la Sede Vacante, que comenzará un segundo después de que la renuncia de Benedicto XVI al papado sea firme.

Wenski nació en 1950 en West Palm Beach (norte de Miami) y fue ordenado sacerdote en 1976. En 1997 fue nombrado obispo auxiliar de Miami y, cinco años más tarde, fue elegido obispo de Orlando.