Los efectos psicóticos de la mariguana

Llenó diez veces el hiter con mariguana porque, según él, no conseguía el efecto deseado. Fue a las cuatro de la mañana cuando comenzó a sentir que el corazón se le salía del pecho. Las manos le sudaban y las voces salían de las paredes, primero no hizo caso, intentó dormir. Una hora más tarde pidió a su novia lo ayudara porque alguien quería matarlo. No era cierto. Llevaba 10 años de consumir mariguana y los últimos dos unas tres veces por semana; en un año se preparó unos 200 churros. Hoy tiene 32 años y está internado en el Hospital Psiquiátrico, con un diagnóstico de psicosis.

Cuatro de cada 10 pacientes que visitan la sala de urgencias del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino llegan por complicaciones relacionadas con el consumo de drogas. Los de mariguana, se distinguen por los cuadros psicóticos que presentan durante la intoxicación o después de un uso crónico de la droga. «Ven y escuchan cosas que no existen. Hablan solos. Sienten que los persiguen, que están en riesgo. Tienen pensamientos desordenados. Experimentan miedo, ansiedad, taquicardia», dice Xóchitl Martínez, médico especialista en adicciones del hospital.

El 90% de los pacientes internados en el hospital ha consumido alguna droga ilegal. En el caso de la mariguana encontramos, dice, una estrecha relación con episodios de psicosis y esquizofrenia.

«La adicción a la mariguana deteriora la memoria y disminuye la coordinación motora, altera el juicio y la toma de decisiones, aumenta la frecuencia cardiaca y altera el estado de ánimo. A largo plazo, además de la psicosis, el bajo rendimiento escolar y laboral, crea problemas respiratorios y deterioro cognitivo», dice.

Cuando la mariguana entra al cuerpo, dice, existe un aumento en la actividad dopaminérgica, la dopamina es producida por el cerebro y es la encargada de hacerte sentir bien. Sientes una descarga de dopamina como respuesta a las actividades que te dan placer como la comida y el sexo, pero con la mariguana digamos que la dopamina se «riega de más» y mientras más sea estimulada por la sustancia, más aumentará el cuadro psicótico.

«Se necesitan 20 miligramos de tetrahidrocannabinol (THC), sustancia psicotrópica contenida en la mariguana, para experimentar cuadros de psicosis. Quienes tienen susceptibilidad cerebral a sufrir psicosis o esquizofrenia con una fumada o dos, pueden entrar en un episodio psicótico», dice.

No es la única que lo asegura. Para el doctor Luis Solís, de los Centros de Integración Juvenil, la intoxicación aguda de cannabis puede cursar con un episodio de psicosis aguda con ideas delirantes, alucinaciones, amnesia, ansiedad y agitación psicomotora, un cuadro de características esquizofreniformes. Estos cuadros desaparecen cuando el THC se elimina del organismo, pero si existe una carga genética para desarrollar esquizofrenia, la mariguana ayudará a desencadenar la enfermedad.

«La esquizofrenia y la mariguana tienen un vínculo especial, por una parte hay predisposición al desarrollo del trastorno con el uso de esta droga, pero también hoy se sabe que si se consume antes de los 21 años, cuando el cerebro es particularmente vulnerable, las personas con cualquier predisposición biológica tendrán un alto riesgo», dice.

Explica que cuando el consumo de mariguana inicia a los 15 años se genera tres veces más la posibilidad de desarrollar esquizofrenia. «Hay investigaciones científicas que aseguran que el uso de mariguana aumenta el riesgo de sufrir psicosis hasta en 700%, en consumidores fuertes».

Xochitl Martínez asegura que esto se debe a que entre los 15 y 18 años de edad el cerebro sufre una «poda mental», como si se podara un árbol y así se quedara para siempre. En esa etapa, el cerebro termina de desarrollarse neuronalmente, por lo que es importante que un cerebro en formación no consuma drogas.

«Consumir drogas cuando no han concluido su desarrollo neuronal, aumenta la posibilidad de tener episodios psicóticos agudos o crónicos y evolucionar, incluso, a esquizofrenia en la edad adulta. El mayor riesgo es para los jóvenes, principalmente si entran en la categoría de consumidores fuertes, si lo hacen diario, varias veces al día o cada fin de semana», señala.

Explica que cuando llegan con cuadros psicóticos fuertes por consumo de drogas al hospital, primero se trata de atender la emergencia, estabilizarlos. Después se les da tratamiento médico que puede incluso durar años, aunque su estadía en el hospital no rebasa los tres meses.

Mariguana, más dañina que en los 70

La potencia de la mariguna aumentó cinco veces en menos de 20 años. El tetrahidrocannabinol (THC), sustancia psicotrópica de la yerba, alcanza hoy concentraciones de hasta 20%, cuando a finales de los años 80 contenía sólo 4%.

Así lo revelan las muestras tomadas por el Centro Toxicológico Venustiano Carranza, donde se han analizado diferentes tipos de la mariguana que hoy se vende en las calles.

De los años ochenta a la fecha se ha venido dando una mutación genética de la molécula de THC, producto del cruce de semillas y de la optimización del proceso de siembra. Ya para los años noventa, se creó la llamada planta sin semilla, que logró un incremento en la concentración de THC, haciéndola más potente, con lo que además se consiguió que dejara de ser una planta estacional.

Hay 60 variedades de THC, pero la que normalmente tiene el efecto que la gente busca es la delta-9-tetrahidrocanabinol, contenida en la planta hembra.

Los consumidores también aumentaron. La Encuesta de Consumo de Drogas en Estudiantes en la Ciudad de México 2012 arrojó que la problemática mayor es en el consumo de drogas ilegales y advierte que el uso de la mariguana aumentó de 8.2 a 12.2% en cuatro años.

La preferencia en el consumo de drogas ha cambiado en los últimos tres años. En hombres, el primer lugar lo ocupa la mariguana, con 18.8%; en segundo lugar, los inhalables, con 9.7%, y en tercer lugar, la cocaína, con 6%. En mujeres, la mariguana ocupa el primer lugar, con 12.9%; el segundo lugar, los inhalables, con 10.3% y en tercer lugar los tranquilizantes, con 5.6%.

Para la psiquiatra Xóchitl Martínez, la mariguana es tan popular entre las drogas ilegales porque se crea una fuerte adicción sicológica a la sustancia. «Aunque los usuarios la dejen por un tiempo, al volverla a consumir se vuelven a enganchar porque con una sola fumada se detona la hiperactividad dopaminérgica y tal vez en un periodo de abstinencia no sientan efectos físicos, pero sí psicológicos».

Hoy ya se sabe que la yerba tiene una relación estrecha con la psicosis y la esquizofrenia, sobre todo si se es joven, usuario asiduo y si se aumenta la cantidad de mariguana en cada consumo. No es difícil, dice, que cualquier usuario termine en la sala de urgencias de un hospital por la intoxicación con mariguana.