¡No termines en el hospital!

Un grupo de estudiantes de Biología de la Universidad de Aston, en Birmingham, Reino Unido, como parte de su trabajo final, se dedicó a arrojar alimentos al suelo (pisos interiores, incluyendo alfombras, suelos laminados y embaldosados) y monitorear el tiempo de transferencia de dos bacterias comunes: Escherichia coli ( E. coli ) y el Staphylococcus aureu s ( S.aureus ).

Entre los alimentos puestos a prueba incluyeron tostadas, tallarines, galletas y caramelos. Los dejaron en el suelo entre tres y treinta segundos y descubrieron que efectivamente el tiempo es un factor importante en la transferencia, pero el aspecto clave es el tipo de cobertura.

Así el mejor escenario para las bacterias se presenta en los pisos embaldosados y laminados, mientras que el menor riesgo lo ofrecen los pisos alfombrados.

Las tostadas resultaron ser la comida con menos probabilidad de resultar infectada al caer al suelo, incluso después de pasados los cinco segundos. Eso sí, siempre que no tuvieran mantequilla o mermelada, que incrementaba la probabilidad de captar gérmenes.

La mayoría de los otros alimentos se ajustaron al mito urbano de los cinco segundos, pero después de ese plazo el riesgo de infección se disparaba.

Los autores también hicieron una encuesta para saber si la gente se atrevería a recoger alimentos que se cayeran al suelo. Descubrieron que 87 por ciento de los consultados admitió que comería un alimento que había caído al piso o que ya lo habían hecho.

El 55 por ciento de ellos resultaron ser mujeres y 81 por ciento aplicaba la regla de los cinco segundos.