Ser creativo es un valor que no tiene precio, no se compra en ningún mercado y es una de las claves del éxito. Pero ¿cómo se llega a crear una idea o una obra revolucionaria?
Un par de libros y un documental que han llamado mucho la atención, postulan que la solución está lejos de los chispazos de creatividad que nacen en la solitaria cabeza de un genio y que, en cambio, se basan en la utilización de ideas ya existentes, la copia de éstas, su transformación y combinación. La creatividad —argumentan— es un proceso social.
De acuerdo con estos postulados, todos podemos ser creativos, pero difícilmente vamos a lograr algo trascendente en solitario. Es la máxima del reciente libro de Joshua Wolf Shenk, ensayista y escritor estadounidense radicado en Los Ángeles. En Powers of two: finding the essence of innovation in creative pairs(2014) explora la historia y sicología social tras grandes descubrimientos o creaciones. Hombres como Albert Einstein, Sigmund Freud o Martin Luther King son emblemas de la genialidad, pero el autor destaca que ninguno de ellos creó sus trabajos en solitario: Freud desarrolló el sicoanálisis con la ayuda del sicólogo Wilhelm Fliess; Einstein trabajó en la Teoría de la Relatividad en conversación con el ingeniero Michele Besso, y el reverendo Luther King lideró el movimiento de los derechos civiles norteamericanos junto a Ralph Abernathy, su amigo y compañero de celda.
PAR DE GENIOS. La dupla formada por estos músicos ingleses, son el mejor ejemplo del trabajo en equipo para lograr éxito.
«No somos más creativos ahora, pero internet ha mejorado la manera en que pensamos acerca de la creatividad», dice Wolf Shenk en entrevista.
Eso es porque nos hace conscientes del poder de las redes, añade.
«Wikipedia es un ejemplo potente. Podemos ver cómo intuitivamente la gente se une y crea algo más potente que una persona en solitario. Pero es difícil para la gente común envolver sus mentes en una operación tan vasta, por eso me enfoco en pares creativos, que son de alguna forma redes con las que todos tienen experiencias. No hay manera de meter en tu cabeza la escena del rock and roll de los años 60, pero Lennon y McCartney juntos, eso sí lo puedes absorber», explica, dando lugar al protagonismo de una de las duplas más famosas en el terreno de la música. El primer capítulo del libro de Wolf Shenk detalla el proceso creativo de los dos genios detrás de The Beatles: horas de creación conjunta de letras y música que transcurrían en la casa de McCartney, en Londres.
Pero ¿qué sucede con la creación y la creatividad en tiempos de internet? Wolf Shenk responde con otra pregunta: «¿Conoces el trabajo de Kirby Ferguson y su serie en video Everything is a remix? Me gusta su tesis, la entrega de una forma ingeniosa. Mensajes como ese son necesarios en una era donde hemos llegado a creer en la inmaculada concepción del trabajo creativo como si hubiera nacido desde la cabeza de un creador solitario. Al mismo tiempo está eso que conocemos como creación original, y la mejor forma de lograrlo es cuando juntas dos grandes mentes. Ve el caso de Trey Parker y Matt Stone (deSouth Park); Warren Buffett y Charlie Munger (en Berkshire Hathaway, conglomerado multinacional con participación en empresas como Geico, Mars, Coca-Cola e IBM); Steve Jobs y Jonathan Ive (en Apple) y otros cientos ejemplos con dos personas haciendo algo juntas».
Otro de los apartados del libro habla de la soledad, de ser creativo dentro de las barreras de tu propio pensamiento. Incluso cuando estamos solos, estamos de cierta manera colaborando con una voz dentro de nuestras cabezas. Wolf lo explica de la siguiente manera: «El pensamiento es dialógico, es decir, está basado en el diálogo. Pensar es una conversación en sí, y el pensamiento creativo es cuando ese pensamiento es claro y puro».
Austin Kleon afirma que un buen ladrón de ideas las toma de muchos otros y no de uno solo, y sobre todo, da crédito, no plagia.
Mito genial
Everything is a remix, de Kirby Ferguson, un documental de 2011 que está disponible en internet, y en él plantea que toda creación requiere influencia. George Lucas lo hizo en La Guerra de las Galaxias durante los años 70, utilizando ideas de películas de Akira Kurosawa, de la serie de ciencia ficciónFlash Gordon, de 1936, y de varios westerns y películas de guerra.
Quentin Tarantino hizo lo mismo a principios de los 2000 con Kill Bill. Ahí hay elementos de infinidad de películas, desde El ciudadano Kane hasta Game of death, protagonizada por Bruce Lee. En estos dos ejemplos está la tesis del documental: filmes que copian a otros, transformándolos en una combinación cuyo producto final es algo nuevo y original.
El documental no tarda en derrumbar el mito de la creación como inspiración y producto de los genios, y destaca que la clave está en la copia.
Si lo pensamos, copiando es como aprendemos, emulamos para adquirir conocimiento desde el día en que nacemos. El creador del llamado periodismo gonzo, Hunter S. Thompson –ejemplifica el documental–, reescribió (mecanografío literalmente) el clásico literario El gran Gatsby, escrito por Scott Fitzgerald, sólo para tener la sensación de cómo es escribir una gran novela. Aunque hizo mucho más.
NI LOS MÁS LUCIDOS. Las teorías recientes sobre la genialidad creativa, plantean que ni los personajes más destacados de la historia, como Einstein, han logrado la independencia absoluta a la hora de brillar.
Robar es un arte, con o sin internet
«Los buenos artistas copian, los grandes artistas roban», decía Pablo Picasso. Inspirado en esta cita del célebre pintor español, el escritor y dibujante norteamericano Austin Kleon publicó el libro Steal like an artist (Roba como un artista), que estuvo durante varias semanas entre los más vendidos segúnThe New York Times. Su teoría es que los grandes artistas copian, como el mismo Picasso, quien creó el cubismo con la ayuda de Georges Braque y cuya rivalidad con Henri Matisse fue tan influyente que se transformó en una especie de colaboración a la inversa.
Kleon plantea que para ser un buen ladrón de ideas y encontrar la creatividad hay varias claves.
Una de ellas es robarle a muchos, no solamente a uno.
Otra es que los buenos artistas transforman, mientras los malos imitan, y que hay una gran diferencia entre hacer una remezcla y una copia descarada. El crédito es importante, de lo contrario es plagio.
«Creo que una gran parte de la creatividad viene desde la conexión con otras mentes y de reunir información desde amplias y diferentes fuentes.
«En otro aspecto, gran parte de la creatividad viene desde la soledad y el estar solo con tus pensamientos (y los pensamientos de otros), libre de distracción», responde el autor vía e-mail al cuestionamiento sobre su postura en relación con el apoyo o no de las redes para ser creativos hoy día.
Internet nos ha conectado como nunca antes, afirma Kleon, pero también nos ha distraído en un grado paralizante. Entonces, la pregunta es inevitable: ¿cómo utilizar esta conectividad sin que se transforme en una constante distracción?
«Los genios solitarios son un invento de la era romántica. Nadie existe en un vacío, y todo gran trabajo es el resultado de alguien tomando lo de antes y transformándolo en algo nuevo», dice. El músico Brian Eno —añade Kleon— tiene una teoría que también contrarresta la idea del genio solitario, es lo que él llama «escenio»: un tipo de genio colaborativo. Su idea es que los grandes e históricos trabajos que han dado vuelta al mundo, han sido usualmente el resultado de un individuo situado en una gran red de inspiración, una especie de «ecología del talento».
«Entonces, cuando les hablo a los jóvenes artistas de hoy, les digo que en vez de preocuparse de ser un genio solitario se preocupen de encontrar un ‘escenio’, un lugar para ustedes en el que puedan conectar sus cabezas con las de otros, un contexto para que puedan hacer un buen trabajo», explica.
Todos podemos ser creativos. La clave es saber distinguir qué vale la pena copiar. Combinar las distintas obras y transformar tu idea en algo nuevo. Es lo de hoy.
EL PODER DE DOS. Joshua Wolf Shenk, aborda en su libro la vida de dúos creativos como John Lennon y Paul McCartney, Marie y Pierre Curie o Steve Jobs y Steve Wozniak.