Actos vandálicos generan rechazo; señalan falta de teoría o pensamiento político claro

* Gustavo Hirales, integrante de la Liga 23 de Septiembre, y el escritor John Hart critican el actuar destructivo de los anarquistas en las distintas manifestaciones.

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de diciembre.- En las marchas de protesta que se multiplican por el país confluye un coro variopinto compuesto por familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa, estudiantes y maestros; contingentes de la sociedad civil, grupos radicales que han existido siempre, y jóvenes autonombrados anarquistas que con los rostros embozados hacen detonar bombas y destruyen cristales de bancos y restaurantes. ¿Qué es el movimiento anarquista mexicano? ¿Qué grupos sociales lo conforman? ¿Cómo ha evolucionado en las últimas décadas?

“Los anarquistas actuales no tienen, hasta donde se puede ver, ninguna teoría o pensamiento político claro”, dice Gustavo Hirales, integrante de la Liga 23 de Septiembre, que en la década de los 70 asaltó bancos, hizo estallar bombas y secuestró personajes. “Creen que con acciones vandálicas y destructivas van a desmoronar el capitalismo, cuando en el mejor de los casos lo refuerzan, pues la gente no está en favor del vandalismo”.

El doctor John Hart, autor de Anarquismo mexicano y la clase trabajadora: 1860-1931, quizá el libro que de manera más extensa ha abordado el tema, explica que los anarquistas son idealistas que exigen justicia y poder para los pobres y marginados, con acciones radicales. El problema —advierte— es el sentido de esos radicalismos.

“En Japón, una medida que puede ser radical es que la producción de las grandes empresas es revisada en reuniones donde participan dueños y obreros, y discuten propuestas que resultan en un mejor producto que en Estados Unidos, donde hay conflicto entre ambos grupos”, dice Hart. “Barcelona, la ciudad más productiva del sur de Europa, desde España hasta Portugal, tiene 200 mil personas conectadas de alguna manera con el anarquismo.”

De acuerdo con sus investigaciones, los anarquistas son idealistas y en algunos países suelen estar apartados de la sociedad. “Son obreros que fabrican camisas que jamás vestirán”. Eso, apunta Hart, crea un sentido de aislamiento y produce una parte de la violencia que vemos en México en estos días.

Hart cree que debe celebrarse la capacidad del pueblo para manifestar sus sentimientos, pero no le parece idóneo que esas manifestaciones transcurran entre dos extremos que llama patéticos: no decir nada y cruzarse de brazos, o quemar la puerta del Palacio Nacional.

“Éstas terminan por ser acciones ridículas. Lo que se desea es ganar la aprobación del público y la inmensa mayoría de los mexicanos está en contra de esa criminalidad.”

Hirales compara las acciones extremas ocurridas hace cuarenta años con las protestas de estos días: “La guerrilla de los años 70 no era anarquista, sino marxista. Nada más lejano de aquella guerrilla que propugnar por una destrucción sin sentido”. Está de acuerdo con las marchas por la presentación de los normalistas desaparecidos, porque muestran la capacidad de indignación y protesta de amplios sectores, sobre todo de los jóvenes. “Lo malo –subraya– es la violencia, que las desvirtúa”.

En México existen varios grupos anarquistas que siguen la tradición de los primeros que se crearon hace alrededor de 150 años, con la influencia del anarquismo ideológico que floreció en Europa, en el siglo XVIII. Jean Jacques Rousseau, uno de los principales pensadores del movimiento, partía de un dogma fundamental: “El hombre es libre y dondequiera está encadenado”.

“No negamos de lo que nos acusan: somos anarquistas y provocadores”, declaró hace unos días la Coordinadora de las Sombras, uno de los reductos anarquistas del país más activos alrededor de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, que emitió tres comunicados sobre esa noticia para definir las acciones que pondría en marcha.

“Organizarnos en la lucha, con asambleas y comunas, en colectivos o núcleos en nuestros trabajos, escuelas y barrios, con amigos y gente que comparta nuestras inquietudes. Estar preparados para el combate, asumirnos parte del pueblo y entender que son nuestros intereses comunes el único objetivo de la rebelión. A no dejar que la llama de la revuelta se apague, a volver cotidianos los ataques, con fuego, palabras, propaganda y sabotajes.”

Otros grupos anarquistas que se movilizan, sobre todo, en la Ciudad de México son Instinto Salvaje, que en una página web se adjudicó el estallido de bombas en Ciudad Universitaria el pasado 30 de septiembre; Anarquistas de México, Coordinadora Estudiantil Anarquista y Cruz Negra.

El autor de Anarquismo mexicano y la clase trabajadora se reunió con varias organizaciones de anarquistas hace dos años, poco después de los hechos violentos ocurridos tras la toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto. La reunión fue en la colonia Roma y recuerda que eran alrededor de 200 los asistentes, entre jóvenes universitarios y hombres y mujeres que rondaban los cuarenta años.

En julio de 2013, se convocó al Primer Encuentro Nacional Anarquista Monterrey, a celebrarse entre el 13 y 15 de septiembre del mismo año, el objetivo, de acuerdo con su convocatoria en internet, era “tomar conciencia de prepararnos tanto en lo teórico como en lo práctico (…) Crear una organización anarquista que vaya más allá de redes de comunicación y de grupos sectarios. Urge una organización tal, que el día de mañana los grupos del poder económico sientan el peso anarquista, y que si vuelven a reprimir a algún compañero u organización, sabrán que nuestra respuesta será más contundente”. Sobre el encuentro, la información es escasa, de manera pública no hay un registro sobre las conclusiones o si se llevó a cabo.

Tras la marcha para conmemorar el 2 de Octubre, que se realizó en 2013, el Gobierno del Distrito Federal dio a conocer que entre los manifestantes se distribuyó un Manual de Autodefensa.

El documento hace una descripción del armamento que utilizan los elementos de la policía, así como los tipos de formación que llevan a cabo durante las manifestaciones, por lo cual llaman a tomar medidas de “autodefensa”.

El texto, dado a conocer por Héctor Serrano, secretario de Gobierno del Distrito Federal, detalla el tipo de cascos, gafas y máscaras con los cuales se pueden proteger los manifestantes.

Sin embargo, llama la atención que como elementos de defensa recomiendan la utilización de cadenas, palos, tubos, piedras y anclas para derribar vallas y hacen especial énfasis en los petardos caseros y bombas molotov, de los cuales, incluso, incluyen una descripción gráfica y textual sobre cómo elaborarlos.

Sus motivos

Algunos grupos de anarquistas han expresado sus razones de protesta.

Coordinadora de las Sombras. Estuvieron al menos nueve años en el anonimato. Aseguran que hizo su aparición en 2004. Afirman que los ataques a bancos y negocios son una expresión para reivindicar la vida sobre la propiedad mercantil y justifican que la agresión directa en contra de policías es porque ellos son los guardianes o defensores de la sociedad mercantil. Describen a su organización como horizontal, sin estructura fija, y se reconocen como anarquistas, pero también como vándalos, infiltrados y provocadores, y aseguran que su guerra es contra todo el Estado-gobierno.

Instinto Salvaje. Se adjudicó los atentados en el interior de Ciudad Universitaria, como parte de las actividades en solidaridad con los presos. Aseguran que no dejarán de salir a las calles a propagar la acción antiautoritaria hasta que sus compañeros pisen de nuevo las calles y destruyan en su totalidad “esta sociedad de explotación”.

Federación Anarquista de México. Se declara antiestatista, Asegura estar inspirada por los principios del comunismo anarquista, por lo que lucha y alienta la toma de los medios de producción por los trabajadores, por lo que desea la eliminación de la propiedad privada.
Coordinadora Estudiantil Anarquista. Decidió dejar su página web y trasladarse a las redes sociales, sin embargo, en su cuenta de Facebook sólo se ve actividad hasta el 10 de noviembre de 2011.

Cruz Negra Anarquista. Se define como “una red internacional de grupos anarquistas que trabajan por la libertad de los presos y presas anarquistas y para que ést@s no sean nunca olvidados, acercando su situación a la sociedad”. Sobre su forma de apoyar cualquier causa social, aseguran en su sitio web que éstas “son muy variadas, según cada caso”.