*Siete décadas después del fin de la Segunda Guerra Mundial, las heridas que dejó el holocausto nazi siguen sin cicatrizar…
Siete décadas después del fin de la Segunda Guerra Mundial, las heridas que dejó el holocausto nazi siguen sin cicatrizar, luego de que en el Instituto de Medicina Forense de Estrasburgo, Francia, fueron encontrados restos de 86 víctimas judías, informaron autoridades galas.
El hallazgo de los restos conservados en probetas y frascos fue hecho el pasado 9 de julio por el historiador Raphael Toledano, autor del documental “El hombre de los 86”, pero fue dado a conocer el pasado domingo por decisión de las autoridades.
PROYECTO. La emisora Radio Francia Internacional indicó que los investigadores del instituto forense ignoraban la existencia de estos restos, que serán entregados a la comunidad judía local.
Los restos encontrados pertenecen a varias de las 86 víctimas de un proyecto de colección de esqueletos judíos que quería completar el anatomista nazi August Hirt.
Con apoyo del director del Instituto de Medicina Forense de Estrasburgo, Jean-Sébastien Raul, el historiador Toledano logró identificar varias piezas, entre ellas un frasco con fragmentos de piel de una víctima de las cámaras de gas.
PROBETAS. De igual forma, encontró dos probetas con el intestino y estómago de otra víctima, así como objetos usados durante la incineración de cuerpos en el campo de concentración alsaciano de StruthofNatzweiler.
La mayoría de los restos, casi todos cortados en trozos, fueron hallados luego de la liberación de Estrasburgo por los aliados en 1944, y rápidamente inhumados en un cementerio judío.
Los fragmentos descubiertos ahora forman parte de los elementos conservados por el profesor de medicina forense de la Facultad de Medicina de Estrasburgo, Camille Simonin, en el marco de una investigación sobre los crímenes del doctor Hirt.
CARTA. Según investigaciones, una carta de Hirt fechada en 1952 puso sobre la pista de los restos al historiador Toledano. En la misiva, refiere la existencia de frascos con muestras tomadas durante las autopsias practicadas a víctimas judías.
Incluso etiquetas identifican cada fragmento con precisión y hacen referencia a la matrícula 107969, que corresponde al número tatuado en Auschwitz en el antebrazo de Menachen Taffel, una de las 86 víctimas.