Poca fe y mucha mariguana

*Sobre la puerta una sentencia: cierre “por consumo de sustancias alucinógenas prohibidas”. En su bar Les Béguines, en Molenbeek, los hermanos Brahim y Salah Abdeslam “bebían Jupiler”, cerveza popular belga…

BRUSELAS.

Sobre la puerta una sentencia: cierre “por consumo de sustancias alucinógenas prohibidas”. En su bar Les Béguines, en Molenbeek, los hermanos Brahim y Salah Abdeslam “bebían Jupiler”, cerveza popular belga, lejos de las reglas salafistas.

Pero los efluvios de cannabis terminaron por llamar la atención de la policía: a mediados de agosto, cuando se presentan en el bar, descubre “numerosos ceniceros, algunos con porros parcialmente consumidos”, según el acta administrativa del cierre, sellada en la puerta el 5 de noviembre.

Desde entonces, los vecinos no escucharon hablar más de ellos, hasta el sábado por la tarde, al día siguiente de los ataques de París en los que Brahim, de 31 años, dueño del bar, se hizo estallar en el Boulevard Voltaire.

En cuanto a Salah, de 26 años, sospechoso de ser miembro de uno de los comandos, se encuentra en fuga.

Youssef, de 30 años, mira el frente del bar. “Son amigos”, dice. “Grandes bebedores, grandes fumadores, pero no radicalistas”, agrega.

“No eran ni practicantes ni devotos. No tenían una barba prominente, iban de vaquero y zapatillas y tomaban su Jupiler como todo el mundo”, ríe Jamal, educador y amigo de los hermanos Abdeslam.

“Vivían como todos los jóvenes: les gustaba el futbol, ir a la discoteca, volvían con chicas…”, recuerda.