Estados Unidos acelera la investigación

La pesquisa sobre el video en que cuatro marines estadunidenses orinan sobre los cadáveres de unos afganos avanzó ayer a grandes pasos ante la presión de los dirigentes políticos, que quieren evitar que el incidente mine un eventual diálogo con los talibán.

Dos días después de que la grabación, en la que cuatro marines sonrientes se alivian sobre los cadáveres ensangrentados de tres milicianos afganos, fuera subida a internet, las imágenes han dado la vuelta al mundo y horrorizado a los principales responsables políticos y militares de EU.

Los primeros resultados no se hicieron esperar y ayer el video había sido autentificado y los cuatro marines implicados identificados e interrogados, anunció la portavoz del Servicio de Investigación Criminal de la Armada (NCIS, por su sigla en inglés), Maryann Cumming, en un comunicado.

No obstante, no están detenidos por el momento, informó un responsable militar, que pidió el anonimato.

Los cuatro soldados pertenecen a una unidad de francotiradores del Tercer Batallón del Segundo Regimiento de los Marines, con base en Camp Lejeune, en el estado de Carolina del Norte.

La unidad estuvo desplegada en el norte de la provincia de Helmand entre marzo y septiembre de 2011, periodo en que fueron filmadas las imágenes, indicó el responsable castrense.

Los cuatro implicados podrían ser sometidos a una corte marcial por haber violado el Código de Justicia Militar estadunidense, así como la Convención de Ginebra, que establece que los cuerpos de los enemigos abatidos deben ser tratados con respeto.

“La investigación todavía está en su inicio”, según el NCIS, que intentará identificar e interrogar también a otras personas que pudieran estar implicadas, incluida la que grabó la escena y quien subió el video a internet.

Los mandos de esa unidad, que son responsables del comportamiento de sus hombres, también podrían ser indagados.

La celeridad con la que el Pentágono ha investigado e informado sobre este incidente busca desactivar una situación que puede minar el intento de diálogo con los talibán para resolver el conflicto afgano.