La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instó a los gobiernos a apostar por la legislación, prevención y el tratamiento de las drogas y no realizar una guerra, la cual no logrará disminuir el consumo.
Durante el segundo día de actividades del Foro Drogas: Un Balance a un siglo de su Prohibición, Anotonnio Mazzitelli, representante de la Oficina de contra las Drogas y el Delito de la ONU, dijo que las drogas no son un problema de seguridad, el problema es el crimen organizado, por lo que se debe de fiscalizar el consumo de las drogas. «El consumo personal no es un crimen».
Mazzitelli detalló que los estados son libres de realizar el consumo de drogas que quieran, por lo que un proceso legal no resuelve la adicción, y sólo castiga al consumidor, no al vendedor.
Por su parte el escritor Sergio Ferragut y James P. Gray, juez estadounidense, coincidieron en señalar que las políticas para tratar el consumo de las drogas en México deben de adaptarse a las necesidades del país, y no a las de Estados Unidos.
James P. Gray reconoció que a pesar de que en los Estados Unidos se criminaliza el consumo, los decomisos de drogas sólo alcanzan entre el 5 y 10%. El funcionario aseguró que las drogas llegaron para quedarse, por lo que las personas que se oponen a la legalización son los políticos, negocios de seguridad y los terroristas.
Sergio Ferragut señaló que se debe de realizar una mesa de dialogo entre Estados Unidos y México, «el principal consumidor y proveedor», en la que se logré cambiar la prohibición a un política legal regulada, lo que originaría un golpe a los cárteles.
Además dijo que se debe de crear una estrategia de educación y comunicación sin intimidación que sea dirigida a jóvenes y adultos, así como instrumentar leyes severas que penalicen la transferencia de drogas de un mercado legal a uno ilegal.
Ferragut, aseguró que existen tres tipos de personas que mantienen el apoyo a la política de prohibición de las drogas.
El primero son los que tienen creencias religiosas, «los guardianes de la moral o las buenas costumbres»; los segundos son a los que no les interesa, los que viven de la guerra del combate al narco; y los últimos son el crimen organizado y sus socios invisibles, ellos son los que más tienen que perder, «la regulación legal les daría un tiro de gracia».
Recordó que se puede olvidar que una gran parte de los muertos que se han registrado en el país por la disputa entre los grupos del crimen organizado son inocentes.
Al realizar su ponencia afirmó que la inseguridad que presenta en el país demuestra que hay colusión y cobardía en los círculos de gobierno de todos los niveles.