La Procuraduría General de Justicia (PGJ) en Querétaro descartó que entre los 49 cuerpos hallados en Cadereyta, Nuevo León, se hallen los 40 migrantes mexicanos desaparecidos hace 27 meses, que partieron de esta entidad.
Explicó que confrontó los perfiles genéticos de los cuerpos localizados el pasado 13 de mayo en Cadereyta con los perfiles obtenidos de los familiares de los migrantes desaparecidos de la sierra queretana, determinando que en ninguno de los casos existe correspondencia.
Las víctimas salieron rumbo a Estados Unidos en dos autobuses; uno inició el viaje el 17 de marzo de 2010 y el segundo, el 5 de abril del mismo año.
El primer grupo fue detenidos presuntamente por miembros del crimen organizado en Tamaulipas y los otros en San Luis Potosí.
Los migrantes eran originarios de Querétaro, Hidalgo y San Luis Potosí.
De acuerdo con testimonios de familiares de los queretanos que iban en el primer autobús, “casi 15 horas después de que iniciaron el viaje, fueron atacados por personas que portaban armas de grueso calibre”.
Al segundo camión se le perdió la pista en una estación de gasolina en los alrededores de Salinas Hidalgo, en San Luis Potosí.
Los cuerpos de tres de las víctimas fueron localizados en las fosas clandestinas de San Fernando, Tamaulipas.
El 20 de mayo del año pasado fueron plenamente identificados Martín Vega Arellano y Héctor Gutiérrez Aguilar. A inicios de junio se localizó el cuerpo de Emiliano González Morales, oriundo de la comunidad de San Juan Buenaventura, quien inició su viaje rumbo a Estados Unidos en abril.
Emiliano salió de su comunidad junto con Martín Vega Arellano.