Acepta Petraeus testificar sobre ataque contra EU en Libia

WASHINGTON, 14 de noviembre.- El ex jefe de la CIA David Petraeus aceptó testificar ante el Congreso por el atentado en contra del consulado de Estados Unidos en Libia, pero no está claro cuándo se presentará ante los legisladores, después de que renunció abruptamente la semana pasada en medio de un escándalo sexual.

La presidenta de la Comisión de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, dijo que Petraeus estaba dispuesto a testificar sobre el ataque perpetrado en Bengasi el pasado 11 de septiembre, en el que murieron cuatro estadunidenses, pero que aún no se ha decidido la fecha, dijo un portavoz de la senadora demócrata por California.

Legisladores estadunidenses están exigiendo ser informados sobre la indagación del FBI en torno a una relación extramarital entre Petraeus y su biógrafa, Paula Broadwell.

El congresista republicano por Texas Lamar Smith, quien preside el Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, escribió al jefe del FBI para pedirle que estableciera una cronología en torno al desarrollo del caso.

«¿El FBI ha concluido que el general Petraeus no está sujeto a una investigación criminal relacionada con actividades de inteligencia?», se pregunta Smith en la carta.

Más temprano el miércoles, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, quien se encuentra en Australia, aconsejó no sacar conclusiones apresuradas sobre las acciones del máximo comandante del país en Afganistán, John Allen, un día después de colocarlo bajo investigación por su relación con el escándalo de Petraeus.

Allen, un general del cuerpo de marines que ha negado las acusaciones, está siendo investigado por haber mantenido supuestos contactos inapropiados con una mujer que está en el centro del caso de Petraeus, Jill Kelley, miembro de la alta sociedad de Florida.

Panetta defendió su decisión de enviar el caso al inspector general del Pentágono y de suspender la nominación de Allen para otro cargo en el comando militar de Estados Unidos, al decir que era una medida prudente «hasta que determinemos los hechos».

«Y lo haremos», afirmó a periodistas en conversaciones de alto nivel en Australia, a las que también asistieron el máximo oficial militar de Estados Unidos, el general Martin Dempsey, y la secretaria de Estado Hillary Clinton.

Al mismo tiempo, Panetta elogió el trabajo de Allen en la dirección de la campaña en Afganistán, un cargo que mantiene pese a la investigación.

Clinton admitió que los países aliados de Estados Unidos han manifestado interrogantes sobre el caso de Allen, pero indicó que «de ninguna manera se ha expresado preocupación sobre nosotros» en relación a la misión en Afganistán.

El escándalo complica además los esfuerzos del presidente Barack Obama por reorganizar su equipo de seguridad nacional tras su reelección.