* Procedente de Querétaro, a Xiuhtletl Abarca ya no se le volvió a ver desde septiembre de 2013.
ACAPULCO, 16 de noviembre.— Xiuhtletl Abarca Olea —chef de 31 años originario de Querétaro, que vivía en este puerto— desapareció en Chilpancingo, Guerrero, el 8 de septiembre de 2013 sin que su familia sepa hasta ahora lo que realmente le sucedió.
Su madre, la señora Sara Olea Robles, interpuso una denuncia el 20 de septiembre ante la Procuraduría General de Justicia de Querétaro por estos hechos, al presumir que policías municipales lo privaron de la libertad, quizá porque lo confundieron.
La averiguación previa iniciada fue la IV/3085/2014, bajo hechos posiblemente constitutivos del delito de extravío o desaparición de persona.
Xiuhtletl Abarca Olea era de complexión atlética, tez morena y de 1.80 m de estatura; tenía 31 años cuando desapareció y residía en este puerto.
Unos días después de la desaparición del chef,el 12 de septiembre de 2013, fue encontrada una casa de seguridad de secuestradores en Zumpango del Río, municipio Eduardo Neri, ubicado al norte de Chilpancingo.
Ahí encontraron dos fosas con ropa ensangrentada, un hacha con sangre y artículos de aseo personal. También hallaron un par de tenis puma blancos del número 29 junto con un desodorante y un talco, presumiblemente propiedad de Xiuhtletl.
La madre del chef asegura que esos tenis eran de su hijo. Afirma que el hecho de haber encontrado esos artículos en el lugar demuestra que lo tuvieron en el domicilio.
En el cateo a esa casa de seguridad no hubo personas detenidas, presumiblemente los secuestradores fueron avisados del cateo.
La Procuraduría de Guerrero nunca le notificó de los hallazgos a la señora Olea, sino que fueron los militares y dos semanas después, los que le comentaron que habían realizado un operativo, y que habían encontrado prendas que coincidían con las que usaba su hijo cuando desapareció.
Sólo entonces la Procuraduría estatal reconoció el hallazgo y, de mala gana, aceptaron mostrarle los tenis. “Yo pude compararlos con otro par de zapatos de Xiuh y el desgaste de las suelas es exactamente igual. Yo estoy segura de que son los tenis de mi hijo.”
De acuerdo con la señora Olea, la Procuraduría nunca hizo pruebas para analizar las gotas de sangre que encontraron en los tenis.
En julio de 2013, la Asociación Culinaria de México nombró a Xiuhtletl delegado del estado de Guerrero. El proyecto del chef era “promover la gastronomía guerrerense”.
El 8 de septiembre había viajado de Acapulco a Chilpancingo para entrevistarse con funcionarios de Turismo de Guerrero para hacer la promoción de las artes culinarias del estado.
Unos amigos lo vieron cenando a las 20:30 horas de la noche en el mercado; después de eso ya no se supo nada de él.
Falta de respuesta estatal
El 11 de septiembre de 2013, la señora Olea viajó de Querétaro a Guerrero para levantar la denuncia de la desaparición de su hijo ante la Fiscalía Especializada para la Investigación de Delitos Graves de la Procuraduría General de Justicia (PGJE) de Guerrero.
Se inició la averiguación previa FEIDG/2013, por la desaparición del chef Xiuhtletl Abarca Olea.
La señora Olea asegura que la búsqueda no se dio por la contingencia que se vivía entonces en Chilpancingo y el resto del estado por las lluvias.
Ante la falta de respuesta de la Procuraduría de Guerrero por la desaparición de su hijo, la señora Olea Robles acudió a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas el 12 de mayo de 2014.
También el 2 de junio de este año acudió a la Unidad Especializada de Búsqueda de Personas Desaparecidas perteneciente a la Procuraduría General de la República (PGR).
Y el 7 de julio de 2014 denunció el caso ante la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero la negligencia de la Procuraduría estatal.
Involucrados
Ante la falta de información y atención de parte de autoridades municipales y estatales, la familia del chef ha propuesto algunas respuestas a la desaparición de Xiuhtletl:
Su madre, la señora Sara Olea Robles, explica que en esos días en que el chef desapareció hubo enfrentamientos entre el grupo criminal de Los Rojos y militares, por lo que ella piensa que posiblemente el grupo criminal lo confundió con un militar.
Dice la señora que en esos días muchos jóvenes con las mismas características como las de su hijo fueron levantados.
La señora Olea denunció que, por posible venganza, a una hija suya que vive en Chilpancingo también trataron de levantarla. Incluso la quisieron extorsionar.
Incluso, a través de las redes sociales, a doña Sara una persona, que resultó inexistente, le dijo que a su hijo se lo habían llevado policías municipales de Chilpancingo.