Los famosos frescos de la Capilla Sixtina cumplen esta semana 500 años de haber sido inaugurados, mientras los directivos de los Museos Vaticanos afrontan el desafío de protegerlos del calor corporal y el polvo provocado por millones de visitantes.
Construido a finales del siglo XV en el corazón del Palacio Apostólico de Roma, el templo se convirtió en una joya del Renacimiento gracias a Julio II, que encargó a Miguel Angel Buonarroti la decoración de la bóveda en 1508, un trabajo que duró cuatro años.
El 31 de octubre de 1512, el Papa pudo presentar por primera vez públicamente aquella obra maestra, lo hizo junto a 17 cardenales tras un banquete brindado en honor del entonces embajador de Parma.
Para recordar aquella histórica efeméride, Benedicto XVI presidirá, en la misma capilla y cinco siglos después, el rito de las vísperas, la tarde de este miércoles 31.