Cunden desesperación y saqueos en Filipinas; la ayuda tarda en llegar

TACLOBAN, 13 de noviembre.- La desesperación se apoderó el miércoles de las islas filipinas devastadas por el tifón Haiyan y algunos sobrevivientes atemorizados por el retraso en la llegada de suministros básicos desenterraron tuberías de agua y protagonizaron violentos saqueos de alimentos que dejaron ocho muertos.

Cinco días después de que una de las tormentas más fuertes de las que haya registro arrasó ciudades y pueblos en el centro de Filipinas, el enojo y la frustración aumentaban debido a que los suministros vitales disminuían.

Algunos sobrevivientes portaban carteles que decían «Ayúdenme».

La controversia surgió también sobre el número de muertos.

El presidente del país, Benigno Aquino, sostuvo que las autoridades locales habían exagerado la cifra de muertos, diciendo que estaba más cerca de 2 mil ó 2 mil 500 que de los 10 mil estimados previamente.

Sus comentarios, sin embargo, generaron escepticismo entre trabajadores de ayuda humanitaria.

Ola de saqueos
Algunas áreas parecían estar cerca de la anarquía. El canal de televisión ANC dijo que las fuerzas de seguridad habían intercambiado disparos con hombres armados en medio de masivos saqueos de alimentos, agua y otros suministros en el pueblo de Abucay, que forma parte de Tacloban, una de las zonas más afectadas por el tifón, en la provincia de Leyte.

Fuentes militares no pudieron confirmar inmediatamente el enfrentamiento.

Ocho personas murieron cuando saqueadores irrumpieron en las reservas de arroz en un almacén del Gobierno en la ciudad de Alangalang, haciendo que parte del edificio colapsara, dijeron las autoridades locales.

Otros saqueadores se las arreglaron para llevarse 33 mil sacos de arroz de un peso de 50 kilos cada uno, dijo Orlan Calayag, administrador de la agencia estatal de granos Autoridad Nacional de Alimentos.

Los saqueadores también asaltaron almacenes propiedad de la compañía de alimentos y bebidas Universal Robina Corp y la farmacéutica United Laboratories en la ciudad arrasada de Palo, en Leyte, junto con un molino de arroz en Jaro, dijo Alfred Li, jefe de la Cámara de Comercio e Industria de Leyte.

El administrador de Tacloban, Tecson John Lim, dijo que el 90 por ciento de la ciudad costera de 220 mil personas había sido destruida, con sólo el 20 por ciento de los residentes recibiendo ayuda. Las casas ahora estaban siendo saqueadas porque los almacenes estaban vacíos, dijo.

El saqueo no es criminalidad. Es el instinto de conservación», dijo Lim.

Algunos sobrevivientes en Tacloban desenterraron las tuberías de agua, en un intento desesperado por obtener algo para beber.

Conseguimos nuestra agua de una tubería subterránea que rompimos. No sabemos si es seguro. Tenemos que hervirla. Pero por lo menos tenemos algo», dijo Christopher Dorano, de 38 años.

Tercer catástrofe natural más mortífera
La cifra oficial de fallecidos seguía siendo de 2 mil 275 el miércoles, ubicando al tifón Haiyan como el tercer desastre natural con más víctimas mortales en la historia de Filipinas, solo por detrás del tsunami de 1975 que causó entre 5 mil y 8 mil muertos en el sur de la isla de Mindanao y las inundaciones originadas en 1991 por la tormenta ‘Thelma’ que mató a 5 mil 100 habitantes en la ciudad de Ormoc, en la isla de Leyte.

Ha habido un recuento de los cuerpos basado en los muertos que yacían en las calles, pero éste no puede ser preciso porque todavía hay gente enterrada en ciertas áreas, según dicen algunas personas», dijo el secretario del gabinete Rene Almendras en una rueda de prensa.

Las instalaciones médicas estaban desbordadas.

También encuentran dificultades organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF), que desde el sábado dispone de un equipo de 23 personas en Cebú que ayer no pudo volar a Tacloban debido al mal tiempo.

Es una pesadilla logística. Los enlaces de transporte en la zona están seriamente alterados, lo que hace el acceso particularmente difícil. El aeropuerto de Tacloban ha sufrido muchos daños y las carreteras están bloqueadas por los escombros», indicó MSF en un comunicado.

En total, el Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres filipino indicó que unos 6.9 millones de personas en 41 provincias están afectadas por el tifón, con 582 mil 303 personas desplazadas, de las cuales solo 286 mil 433 han podido ser realojados en 993 centros de evacuación.

Las autoridades también calculan que unas 80 mil 47 casas quedaron completamente destruidas a causa de los vientos sostenidos de más de 235 kilómetros por hora y la subida del nivel del mar de hasta cuatro metros.

Casi el 12 por ciento de la población resultó afectada directamente, dijo Naciones Unidas.