Dan prisión por caso de racismo en Francia

PARÍS, 17 de julio.— La justicia francesa condenó por primera vez a pena de prisión a una persona por insultos racistas, proferidos contra la ministra de Justicia, Christiane Taubira, que sufre agresiones por parte de corrientes de ultraderecha.

El tribunal de Cayena, la capital de la Guayana Francesa donde nació la ministra, condenó a nueve meses de cárcel y cinco años de inelegibilidad a Anne-Sophie Leclère, excandidata del partido de extrema derecha Frente Nacional a las elecciones municipales, por haber comparado a Taubira con un mono.

Condenó además a una multa de 50 mil euros a la excandidata y de 30 mil euros al Frente Nacional.

La sentencia fue saludada por las organizaciones antirracismo de Francia, pero denunciada como “desproporcionada” por el Frente Nacional y por Leclère, que anunciaron que presentarán recursos de apelación.

El caso causó una enorme polémica en Francia el año pasado. Anne-Sophie Leclère, una comerciante de 33 años que quería crear una lista municipal del Frente Nacional en la localidad de Rethel para las municipales, publicó en su página de Facebook una foto de un mono pequeño junto a una de la ministra con el texto “A los 18 meses” y “Ahora”.

El 17 de octubre, en un reportaje televisivo, la candidata asumió ese montaje fotográfico y, afirmando al mismo tiempo que no era racista, dijo que preferiría ver a la ministra “en las ramas de un árbol y no en el gobierno”.

El FN que, a impulso de su presidenta Marine Le Pen, se esforzaba por borrar su imagen ultraderechista para presentarse como un partido “normal”, excluyó inmediatamente a su candidata, como lo hizo con otros de sus miembros por actitudes racistas, homófobas o pronazis.

El proceso de Cayena tuvo lugar a raíz de una demanda de la asociación guayanesa Walwari (de la que Taubira fue una de las fundadoras), que decidió recurrir a la justicia después de registrarse una serie de insultos a la ministra, descendiente de esclavos y natural de la Guayana Francesa.

Taubira, una figura de la izquierda francesa, fue en 2001 impulsora de una ley que reconocía la trata de humanos y la esclavitud como crimen contra la humanidad.

Desde su nombramiento como ministra de Justicia por el presidente François Hollande, en mayo de 2012, es blanco de las críticas de la oposición de derecha y de los medios conservadores, y fue particularmente atacada por haber defendido la ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.