«El Guasón» comparece ante la justicia

Con el pelo teñido de rojo, James Holmes compareció ayer por primera vez ante una corte federal para escuchar los cargos por el asesinato en primer grado de 12 personas en una sala de cine en Aurora, Colorado.

Con aire ausente, aparentes síntomas de desorientación y sin gesticular palabra alguna, Holmes escuchó la retahíla de cargos que le han sido fincados. Fue la primera de varias comparecencias ante la corte de Centennial. “Hay causa probable de que usted cometió asesinato en primer grado”, le dijo el juez William Sylvester, a cargo del proceso. “Pondremos nuestro mayor esfuerzo para demostrar su culpabilidad”, prometió la fiscal de distrito, Carol Chamber.

El juez Sylvester se limitó a confirmar la “causa probable” que apunta hacia homicidio en primer grado, las condiciones de detención y acordó que se presenten los cargos formales en su contra el 30 de julio.

Mientras, Holmes permanecerá detenido, aislado y bajo continua vigilancia para prevenir actos suicidas. El detenido podría enfrentar la pena de muerte o la prisión de por vida. A pesar de que en el estado de Colorado existe la pena capital, sólo una persona ha sido ejecutada desde 1976.

Aunque el presidente Barack Obama se negaba el pasado domingo a mencionar siquiera su nombre, en un intento por quitarle todo el protagonismo que Holmes buscaba, las principales cadenas de televisión transmitían ayer en directo la imagen del multihomicida mientras cabeceaba o entrecerraba los ojos, sin dejar escapar ninguna reacción y al lado de la defensora de oficio que le asignaron.

Holmes permaneció callado por consejo de sus abogados. Tenía señales de estar sedado o gesticulando por falta de sueño. Su actitud durante la audiencia se convirtió en la comidilla de los familiares de las víctimas presentes en la corte y en motivo de especulación entre quienes apuestan a favor de un juicio rápido por homicidio en primer grado y quienes vaticinan que la defensa argumentará la locura de su cliente.

Mientras tanto, se ha reactivado el desgastado debate sobre el control a la venta de armas en Estados Unidos. El precandidato presidencial republicano, Mitt Romney, dijo que leyes más estrictas sobre el control de armas no habría impedido la masacre del viernes: “Sigo creyendo que la Segunda Enmienda es el camino correcto para protegerse y defenderse, y no creo que una nueva legislación cambie este tipo de tragedias”.

En los últimos meses, Holmes invirtió más de 15 mil dólares en un arsenal que en cualquier democracia del mundo occidental habría puesto sobreaviso a la policía y a los servicios de inteligencia. Tenía un rifle de asalto AR-15, un rifle recortado shotgun 580, dos Gluck 9 milímetros, artefactos con gas lacrimógeno, una indeterminada cantidad de Napalm y poco más de 6 mil municiones compradas a través de internet.