El móvil: sicarios creían que estudiantes de Ayotzinapa estaban infiltrados por ‘Los Rojos’

*Los acusados de matar y calcinar a los 43 estudiantes declararon que a través de las marchas, un grupo antagónico pretendía entrar a Iguala…

CIUDAD DE MÉXICO, 27 de enero.- Los estudiantes que fueron asesinados en septiembre del año pasado en Guerrero fueron acusados por integrantes del grupo delictivo de Guerreros Unidos de estar infiltrados por un grupo antagónico, Los Rojos.

Aunque la Procuraduría General de la República (PGR) no ha encontrado elementos para vincular a la mayoría de los integrantes con la delincuencia organizada, los detenidos por los asesinatos de los normalistas declararon que a través de las marchas y actividades de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, integrantes de Los Rojos pretendían infiltrarse en Iguala.
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Al respecto, el procurador Jesús Murillo Karam calificó a los estudiantes como víctimas de las circunstancias. «Yo creo que la mayoría de ellos eran jóvenes que tenían más deseos de ser maestros», afirmó este martes durante una conferencia de prensa.

Murillo Karam dijo que a los jóvenes asesinados se les informó que irían a Iguala por dos motivos: «a botear o a tomar camiones para el mitin del 2 de octubre» en la Ciudad de México, por lo que no sabían —como lo declararon integrantes de Guerreros Unidos— si el motivo para ir a Iguala era distinto.

Uno de los detenidos acusados de asesinar y calcinar a los estudiantes, Jonathan Osorio Cortés, dijo que recibió órdenes de mandos de Guerreros Unidos para que «se alistara» porque creían que «los contras —Los Rojos— se habían metido en Iguala».

Tras separar a estudiantes que estaban vivos de otros que murieron por asfixia durante el traslado al basurero de Cocula, el estudiante Jorge Luis Gonzáles Parral acusó que uno de sus compañeros, Bernardo Flores Alcaraz, apodado El Chochiloco, «era el que tenía la culpa de que ellos estuvieran» en Iguala y que él era «el encargado» de la movilización.

González Parral señaló entre los estudiantes retenidos a Flores Alcaraz y entonces entre los estudiantes, los integrantes de Guerreros Unidos identificaron a otro supuesto «infiltrado»: Miguel Ángel Hernández Martínez.

Hernández Martínez acusó ante los integrantes de Guerreros Unidos que Flores Alcaraz y el director de la Normal Rural de Ayotzinapa, José Luis Hernández Rivera, «hacían las marchas y a través de las marchas se metía a la gente que ahora son los contras, Los Rojos», según las declaraciones de uno de los sicarios realizada durante la reconstrucción de los hechos, mismas que aparecen en un video distribuído este martes por la PGR.

Hasta ahora las autoridades no han podido confirmar que alguno de los estudiantes de la Normal Rural en efecto estuviese involucrado con el crimen organizado.

La procuraduría llegó a la conclusión de que la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 un grupo de policías de Iguala atacó a los estudiantes, hechos de los que resultaron seis muertos.

Los policías detuvieron a 43 más y los entregaron, apoyados por policías de Cocula, a miembros de Guerreros Unidos, quienes los llevaron al basurero, lugar donde asesinaron a los jóvenes y calcinaron los cuerpos por horas. Luego intentaron borrar la evidencia crimen al meter los restos en bolsas y lanzarlas a un río.

Las autoridades localizaron varias bolsas junto al río San Juan y de ella extrajeron 17 muestras que la PGR envió a la Universidad de Innsbruck para su análisis.

Hasta el momento, el laboratorio austriaco solo ha podido identificar un trozo de hueso, que correspondía al estudiante Alexander Mora, pero no pudo extraer ADN del resto porque el calor dañó la información genética. No obstante, todavía se van a realizar nuevas pruebas.

El gobierno ha detenido hasta ahora a 98 personas vinculadas con los hechos de Iguala.

Guerreros Unidos y Los Rojos son facciones del desarticulado Cártel de Los Beltrán Leyva. Ambos grupos ahora se disputan las rutas del tráfico de droga y la venta de droga al menudeo en Guerrero.