Paola es una mujer delgada que adquirió diabetes tipo 1 al cumplir 6 años de edad, debido probablemente a que tuvo hepatitis a la edad de 4. Debe aplicarse insulina entre tres y cuatro veces al día; cuida su alimentación, hace ejercicio y hoy apoya -a través de la Asociación Mexicana de Diabetes- a aquellas personas que viven con diabetes mellitus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce tres formas de diabetes mellitus: la tipo 1, la tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo). Cada una tiene diferentes causas e incidencia.
En general, la diabetes tipo 1 se presenta en personas delgadas o que tienen un peso adecuado, lo cual indica que «el término diabetes no debe asociarse necesariamente con sobrepeso y obesidad; es decir, la obesidad no es el único factor desencadenante», comenta el doctor Jorge Kunhardt Rasch, director médico de Médica Sur Lomas.
La diabetes tipo 1 se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes. Aquellos que la presentan son insulino-dependientes y por ello deben inyectarse todos los días, debido a que no producen la insulina que su cuerpo requiere.
Paola procura rotar los lugares en los que se inyecta, pues al ser delgada los piquetes aún le duelen. Ella sabe cuándo requiere cargar la aguja con insulina, «porque comienzo a marearme y a perder piso».
Aprendió desde niña a ser autosuficiente, a pesar de que en la etapa en que fue diagnosticada no existían los instrumentos de medición que hoy permiten a las personas llevar sus requerimientos para inyectarse prácticamente en cualquier sitio.
«Antes las agujas eran mucho más largas y gruesas de lo que son ahora; hoy las pruebas de glucosa son más rápidas. Antes, las cetonas sólo podían medirse con pruebas de orina; ahora se puede realizar con sangre.
«Tenías que buscar un baño para realizar esta prueba de cetonas; ahora hay glucómetros con los que se pueden medir en cualquier lugar utilizando sólo una gota de sangre», relata Paola Ortega, de 32 años.
«La gente me pregunta: ¿por qué eres diabética si no eres gorda? Paola explica que «muchos consideran que la obesidad es uno de los factores predisponentes o que condicionan la aparición de la diabetes, pero no siempre es así».
A lo anterior, el doctor Kunhardt agrega: «Hay un tipo de diabetes que poca gente conoce, es la diabetes insípida, que en términos generales impide la correcta producción y/o secreción de hormona antidiurética. «Las pacientes con este tipo de diabetes suelen presentar tumores en el cráneo y otros problemas del sistema nervioso, y suelen ser personas delgadas», explica el especialista.
«Factores ambientales, nutricionales, sociales (estrés) pueden influir fuertemente en la expresión de la diabetes. Sin embargo, uno de los más importantes se manifiesta a través de la herencia de este padecimiento de padres a hijos, y esto no tiene ninguna relación con el peso.
«El avance de la genética en Medicina ha permitido un mayor número de investigaciones relacionadas con defectos genéticos que influyen en la predisposición a la diabetes mellitus 2, o la diabetes tipo 1», agrega.
El peso del estrés
Para la doctora Inés Cerezo, médico especialista en Medicina del Deporte y educadora en diabetes, otro de los factores que incrementan su incidencia o aparición -sobre todo en la ciudad de México- es el estrés.
Explica que «una fuerte impresión un susto, una pena muy importante de un individuo que tenga una carga genética de diabetes puede condicionar la presencia y desarrollo de la misma.
«Demasiado estrés puede favorecer que el azúcar en la sangre suba o baje mucho. Ante el estrés, el cuerpo libera hormonas que actúan aumentando el azúcar en la sangre; el corazón palpita más rápido, la presión de la sangre aumenta, esto produce hipertensión».
Para los expertos, habrá que estar muy atentos a los síntomas que puedan presentar los pacientes, entre ellos «aumento del apetito, mucha sed o la pérdida de peso».
Comenta que «hay personas que no dan importancia a su bajo peso, y consideran que están bajando simplemente porque están tensos, o preocupados, cuando en realidad están alimentándose mal. Esto puede condicionar la aparición de síntomas como los mencionados anteriormente, que son el primer dato de que una mujer o un hombre pueden tener diabetes».
Para Kunhardt, el paciente con diabetes delgado deberá inclusive tener mayor cuidado hacia su salud, pues no puede recurrir a las reservas calóricas con las que sí cuenta el diabético tipo 2, que generalmente presenta problemas de sobrepeso u obesidad.
Paola agrega que entre las personas que acuden a la Asociación Mexicana de Diabetes, en muchos casos la razón que origina la enfermedad no es la obesidad, sino cuestiones de herencia, hipertensión, mala alimentación (no necesariamente por exceso, sino por malos hábitos).
«Todos debemos comer correctamente, sobre todo en los horarios que nos corresponde comer. Siempre vamos corriendo y muy pocos dan importancia a la adecuada alimentación.
«Hay gente que toma Coca-Cola en lugar de agua, o que come quesadillas fritas todo el tiempo, y no necesariamente son obesas, pero su mala alimentación genera que el cuerpo tenga un sobreesfuerzo, que puede conducir a la diabetes porque el páncreas hace un esfuerzo adicional para cubrir las necesidades del organismo», comenta.
Asimismo, la diabetes tipo 2 es una enfermedad compleja que a menudo aparece hacia la mitad de la vida. Se caracteriza por la deficiencia progresiva de la secreción y acción de la insulina.
En el contexto de una ingesta calórica más elevada y menor actividad física en las sociedades occidentalizadas, su prevalencia va en aumento. «Cada persona con diabetes puede llegar a tener 10 años menos de vida que aquella que no la padece».
No sólo la herencia impacta
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut), se presenta una disminución en el crecimiento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad a la edad de 5 a 11 años, debido al llamado fenómeno de «estabilización epidemiológica».
«En el caso de México se han alcanzado cifras tan altas de sobrepeso y obesidad, que es imposible que la velocidad de crecimiento siga siendo la misma que hace algunos años. Es decir, en 1988 la prevalencia de sobrepeso y obesidad en mujeres de 20 a 49 años fue de 34.5%, mientras que en 2006 fue de 69.3%, por lo que la población susceptible a padecer alguno de estos dos problemas era mayor hace algunos años.
«Actualmente ya son tantas las personas que padecen sobrepeso u obesidad, que se dificulta mucho que las cifras se sigan incrementando», comenta Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
«Debemos cambiar el paradigma y fomentar que la población aprenda todo lo relacionado con el cuidado de la salud, fundamentalmente el cuidado del cuerpo ante la diabetes tipo 1 y 2. La diabetes no surge sola, siempre requerirá y va de la mano con un factor que se asocia a su aparición. Sin embargo, la obesidad no es el único factor», dice el especialista.
Cifras del IMSS, en el documento Diabetes tipo II, refieren que la presencia de esta enfermedad conlleva la existencia de un antecedente heredofamiliar, y puede ser favorecida por hábitos alimenticios inadecuados, sedentarismo y sobrepeso.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 indica que la prevalencia de la diabetes mellitus tipo 2 aumentó de 5.7% en el año 2000, a 9.1% en 2012, lo que indica que hubo un crecimiento de 59.6% en los casos detectados.
La encuesta reveló que 25% de los 6.4 millones de adultos mexicanos que se saben con diabetes están en control. En contraste, en 2006 únicamente 5.3 de enfermos con diagnóstico estaban en control.
Paola continúa atenta a su salud, aunque reconoce que, en su caso, ser una persona con diabetes ha sido en algunas ocasiones un estigma: «No ha faltado la persona que diga ‘mejor rompemos la relación entre nosotros, porque siendo diabética me preocupa que te ocurra algo en tu salud estando conmigo'».
Paola quiere concluir la entrevista explicando que el término correcto para referirnos a aquellos que tienen esta enfermedad es «personas que viven con diabetes, y no el término diabéticos, que es despectivo»