Victor Gordoa
La liberación de la delincuente Florence Cassez, más allá de las consideraciones legales del caso, significa un grave problema de imagen pública en el que se ven involucradas varias partes: el presidente Enrique Peña Nieto, el Poder Judicial al través de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ex gobierno de Felipe Calderón, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y además, México y Francia como países involucrados directamente. Vamos por partes.
Los hechos que hablan…
Quiero advertirle que la información de la que dispongo no va más allá de la que los medios de comunicación nos han dado y que para normar mi criterio, lo que más ha pesado son los testimonios de las víctimas de la banda de Los Zodiaco a la que pertenecía la señora Cassez. Para mí, los testimonios de esas personas declarando lo que “la francesa” les hacía, señalándola con un sentimiento y una seguridad tales que los hace genuinos, han sido indignantes a la par de desgarradoras. Sé que el problema se origina por una mala actuación del encargado de la seguridad del país en el año de 2005, Genaro García Luna, al aceptar realizar un montaje de la aprehensión de la banda como si hubiera sido en vivo, hecho que a la postre significó la condicionante para liberar a Florence; que una ministra de la SCJN, Olga Sánchez Cordero, a la mera hora cambió su criterio evaluador del caso y que el voto de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, el ministro de más reciente ingreso al Poder Judicial cuya procedencia era la jefatura del SAT, fue el que finalmente decidió invalidar la posibilidad de juzgar si la acusada era culpable o inocente, debido al vicio precedente que violaba sus derechos humanos, lo que le permitía obtener de inmediato su libertad.
La percepción del caso…
Imagen es la percepción que, basada principalmente en sentimientos, se decanta en una opinión que acaba convirtiéndose en la identidad de lo percibido, aunque ella no corresponda a la realidad o a la verdad, no se les olvide, así que después de lo ocurrido, he detectado en la opinión pública una imagen pública negativa originada en lo siguiente: la gente percibe el desenlace del caso con enojo y gran indignación, y compara las declaraciones de las víctimas con el cinismo que comunica el lenguaje corporal de la protagonista. Que considera que la CNDH dio más importancia a los derechos humanos de la acusada sobre los de las víctimas, pasando sobre ellas. Que vincula la liberación de una delincuente con la llegada al poder de EPN, como si él fuera la causa directa del abuso, sin registrar la declaración oportuna de que no tuvo que ver con el proceso judicial que venía viciado de tiempo atrás y que sólo le competía respetar las decisiones de un poder autónomo. Que los factores con los que vinculan al Presidente con la decisión del caso son: la figura del ministro Alfredo Gutiérrez cuyo voto, dice la gente, habría sido emitido siguiendo instrucciones presidenciales; y por otro lado, el hecho de que mientras Calderón fue presidente de México la acusada estuvo presa, pese al montaje de su aprehensión.
La exageración francesa…
Más indignante todavía le resulta a la gente la forma como Francia rindió honores exagerados a la delincuente, convirtiéndola en heroína a su llegada, dándole tratamiento de figura de Estado, considerándola víctima inocente de la injusticia existente en un país bárbaro y retrasado como México, permitiéndole que confundiera a sus paisanos al atribuir la causa de su liberación a su inocencia en vez del atropello de sus derechos, lo cual impidió sentenciarla. Esto ha despertado entre los mexicanos y los franceses un gran encono que hasta pretende derivar en boicots hacia sus respectivos productos. Total, que México, Francia, EPN, la SCJN y la CNDH traen un problemón de imagen pública que deberán de remediar de inmediato. Creo que se puede, que al final debe imperar la justicia y que la última palabra del caso todavía no está dicha.
*Rector del Colegio de Imagen Pública
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Twitter: @victor_gordoa