La popularidad del presidente Felipe Calderón Hinojosa no se mantuvo estable durante el sexenio. En 2009 empezó a descender su aceptación, pero fue en junio de 2012, mientras se desarrollaban las elecciones federales, cuando se registró el nivel más bajo de su aprobación, pues 48% de los encuestados reprobó la actuación del mandatario.
En junio de 2012, funcionó la ley electoral que prohíbe al presidente promover o defender su gestión, por lo que Calderón Hinojosa prácticamente estuvo fuera del reflector.
Los politólogos José Fernández Santillán y Alberto Aziz Nassif aseguraron que el presidente Calderón obtuvo niveles de aprobación “medianos” debido a dos factores: los bajos resultados en materia del combate a la delincuencia y a la campaña permanente de su administración para publicitar sus obras de gobierno.
El primer y segundo año de gobierno para Calderón fueron los de la bonanza en materia de aceptación entre las preferencias de la sociedad. Las encuestas elaboradas entre 2007 y 2008, reflejan que la popularidad del mandatario fluctuó entre un 57 y hasta 68% de aprobación por parte de la sociedad al trabajo emprendido.
En diciembre de 2006, con apenas unos días en el poder, el Presidente anunció la puesta en marcha de una estrategia en contra de la inseguridad, la cual contempló el despliegue de las Fuerzas Armadas al combate a la delincuencia organizada.
Esa decisión fue bien vista por la sociedad, lo que permitió a Calderón tener un buen nivel de aceptación.
El primer cuatrimestre de 2007, fue el mejor momento de aceptación con un 68% de aprobación al trabajo que hasta el momento llevaba a cabo el jefe del Ejecutivo.
En ese año firmó, junto con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la Alianza por la Calidad de la Educación, y a partir de la cual comenzaron las evaluaciones, entre otros, para el magisterio, lo cual dividió opiniones.
Para 2009 el nivel de aprobación sobre el trabajo del Presidente comenzó a descender. La consecuencia de la lucha emprendida en contra de la inseguridad comenzó a causar estragos a partir de las cifras que aparecieron sobre civiles muertos o desaparecidos. También resintió los estragos de la crisis económica en Estados Unidos.
En octubre de 2009, el Ejecutivo decretó la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, lo que le acarreó fuertes protestas por parte del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
En el año 2010, el presidente Calderón anunció que para tener una recuperación de la crisis económica y evitar que ésta dañara al país, habría aumentos controlados en algunos productos. Así, dio a conocer incrementos graduales en la gasolina para reducir —con ello— el subsidio a los combustibles. La medida se aplicará hasta 2014.
Ya para el quinto año de gobierno (2011) la aceptación de los mexicanos sobre el trabajo del Presidente mantuvo apenas rebasado el 50%. La sombra de las víctimas de violencia y la negación del Ejecutivo de dar a conocer una cifra oficial, se reflejó en la aprobación o no de su trabajo.
Además, en 2011 arrancó el proceso electoral con las designaciones de candidatos y al interior del PAN, el candidato favorito del Presidente perdió la contienda interna.
Durante todo su mandato el nivel de aprobación del Presidente se mantuvo por arriba del 50% y alcanzó hasta el 64% en octubre de 2012, mes en el que Calderón llevó con intensidad el cierre de su administración.
Fernández Santillán, doctor en Ciencia Política, aseguró que los resultados en la aprobación del Presidente deben verse desde la óptica de la abrumadora propaganda oficial y los inmensos gastos de publicidad de la Presidencia.
“Son números que por sí solos marcarían una regular o buena gestión, en materia de seguridad pública, de justicia social, de salud, de vivienda y educación. Pero lo que tenemos es una distancia enorme entre el gasto de publicidad porque fue una campaña permanente, que nos llevaría a pensar que entonces el PAN debería haber ganado la Presidencia y no fue así”, dijo.
Fernández afirmó que ni siquiera los abrumadores gastos de publicidad de Presidencia pudieron compensar los resultados “terribles” en materia de seguridad.
“Si dijéramos: sí, se dedicó prioritariamente al aspecto de seguridad y obtuvo buenos resultados, pero no. Hoy Felipe Calderón sale con muy malos resultados en materia de seguridad pública porque su esquema consistió en echar al Ejército a las calles y en una cacería de los capos de la droga… y ¿de qué vale eso si la estructura financiera de los cárteles sigue intacta?”.
Dijo que Felipe Calderón permaneció en campaña durante su sexenio por su obsesión de aceptación entre la gente. “Si bien lo logró, nunca supo lo que era el gobierno, porque para él gobernar fue publicitar y esa es la desgracia de este país”.
Aziz Nassif recordó que últimamente las encuestas señalaron un repunte en su aprobación “demasiado fuerte” para no haber sucedido nada importante, porque en el país suele haber una suerte de aprobación relativamente alta de los presidentes y cuando dejan el cargo hay una caída. “Esto tiene que ver con un asunto cultural, la figura presidencial tiene cierto respeto, lo que influye en mediciones altas”, expuso.