*La defensa de los venezolanos Antonio Urbina y Coral Rojas dice que fueron detenidos de manera ilegal por fraude, y con tráfico de influencias…
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de agosto.- Desde hace ocho meses, un matrimonio de venezolanos está recluido en penales de México y no ve a sus tres hijos tras haber sido demandados por el colegio donde estudiaba su primogénito, el Westhill Institute de Santa Fe.
La detención, según su defensa legal, es una represalia —con el involucramiento de tráfico de influencias— a una demanda civil que Antonio Urbina y Coral Rojas levantaron al colegio en mayo 2014 por daño sicológico y moral.
Desde antes de mi reclusión me llamaron a mi teléfono móvil para decirme solamente que me iban a matar”, dijo el venezolano Antonio Urbina
El abogado, Germán Cruz, explicó a Grupo Imagen Multimedia que la querella jurídica inició debido a que el Westhill promovió al menor —hoy de 12 años— al siguiente nivel de grado escolar, a mitad del ciclo, sin autorización de sus padres y sin dar aviso a la Secretaría de Educación Pública (SEP), instancia que informó a los quejosos que su hijo no estaba ni matriculado.
Al no obtener una respuesta clara en el colegio privado, decidieron no pagar las cuotas mensuales hasta no tener la regularización de los papeles educativos de su hijo.
Entonces, la institución educativa que pertenece al empresario José María Riobbo denunció a los Urbina por fraude procesal; el 13 de diciembre del año anterior fueron detenidos.
Tanto el abogado Germán Cruz y Antonio Urbina denuncian tráfico de influencias, pues José María Riobbo es esposo de la presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, Yasmín Esquivel Mossa, lo cual delata conflicto de interés.
“Ella es la que se ha encargado de entorpecer, dilatar, de moverse con todo el mundo para entorpecer estos hechos”, dijo Cruz.
En respuesta a las acusaciones, el colegio ha respondido que los venezolanos intentaban extorsionarlo.