CIUDAD DE MÉXICO, 24 de noviembre.- En su primera campaña en el Pacífico Norte, en aguas profundas de Baja California y Baja California Sur, será la vista desarrollada, el tacto preciso y el oído agudo del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca), en la búsqueda de nuevas especies marinas de importancia comercial como el bacalao negro, macarela, merluza, langostilla, sardina de mayor talla y algunos tipos de cangrejo.
Se trata del Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica bautizado como BIPO, que zarpará entre el 20 y 22 de diciembre de los astilleros de Vigo, España con destino a su nuevo hogar, el Puerto de Mazatlán, Sinaloa, y que tendrá la ardua tarea de explorar 90 por ciento de los casi tres millones de kilómetros cuadrados de mares mexicanos que hasta ahora nadie conoce.
“Estamos haciendo toda nuestra investigación en 10 por ciento de los mares de México y BIPO nos permitirá conocer qué existe en 90 por ciento que no hemos explorado en las profundidades de manera puntual”, explicó Raúl Romo Trujillo, director general del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca).
Detalló que a partir de febrero de 2014, la idea será desarrollar nuevas pesquerías y cooperativas con especies de mayor valor agregado que habitan en profundidades de hasta dos mil metros en la zona exclusiva económica.
Señaló que existe una gran expectativa y hay una proyección de que teniendo toda la información necesaria, se estará elevando la producción de pescados y mariscos en casi 50 por ciento, —alrededor de 600 mil toneladas adicionales—, que servirán para mejorar la alimentación de la población y contrarrestar los problemas de sobrepeso que aquejan al país.
“A la gente común y corriente le beneficiará en el sentido que vamos a tener nuevas ofertas y mayores volúmenes de especies marinas a un mejor precio. Hay que recordar que tenemos que incorporar más pescado a la dieta del mexicano para combatir los problemas cardiovasculares, la parte de diabetes y la parte de obesidad”, precisó.
El ingeniero agrónomo, con maestría en Ciencias, subrayó que de esta forma se busca restar presión a las pesquerías que están más en la ribera de nuestros litorales, impulsar la creación de nuevas empresas y más empleos, así como generar beneficios “por el conocimiento que vamos a adquirir al probar nuevas tecnologías”.
Lo último en tecnología
Después de un proceso de construcción que se llevó 17 meses, el Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica (BIPO) de 60 metros de largo (eslora), 14 metros de ancho (manga) y un peso aproximado de dos mil 400 toneladas, podrá realizar expediciones de hasta 44 días, sin necesidad de recargar combustible o reabastecer víveres para recoger datos, evidencias y muestras de especies.
Con una inversión de 430 millones de pesos, que se consiguieron a través de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que se pagará con recursos regulares del Inapesca, BIPO se convertirá en la primera embarcación en su tipo que cuente con potentes motores diesel-eléctricos de baja emisión de ruido, moderno equipo de navegación y cubierta de alta tecnología (sistema satelital, plataformas y grúas para gran tonelaje, así como sistema de iluminación).
En la parte científica, tendrá instrumentos de última generación para localización y evaluación de recursos en las profundidades marinas.
Contará con siete laboratorios con instrumental y microscopios de hipersensibilidad para la investigación biológico-pesquera; bodegas con armario de congelación para el resguardo y conservación de especies, estación meteorológica; centro de cómputo y control, así como equipo para la observación y supervisión del funcionamiento de las artes de pesca.
De la tecnología de punta con la que fue equipado el Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica destaca un vehículo operado a control remoto (ROV) que puede sumergirse a dos mil metros de profundidad y que con sus brazos robóticos puede tomar y extraer muestras, colocar y recuperar instrumentos, hacer un seguimiento de ejemplares, así como sacar fotos y grabar video-documentales.
Adicionalmente, se instaló un Sistema de Sonar Científico para captar la medida de biomasa de especies; Sistema de Posicionamiento Dinámico, que permite a la nave mantenerse en un punto fijo en el océano; Equipo de Sonar de Sistema Multihaz, para aportar información sobre el fondo marino y bajo sonido acústico radiado, ideal para el monitoreo silencioso de peces, sin afectar su comportamiento.
Diseño mexicano
Bien cuidado, el acorazado diseñado por el Inapesca y fabricado por la empresa española Armón, tendrá una vida útil de entre 30 y 35 años, generando grandes beneficios económicos y de conocimiento para México.
“Aquí se pidió un proyecto llave en mano y nuestros investigadores, nuestros tecnólogos diseñaron el buque, propusieron el equipo especializado que debía llevar y las artes de pesca, de tal forma que ahorita hay comentarios a nivel mundial en el sentido de que es el mejor barco para hacer trabajo de investigación oceanográfica y de pesca de profundidad”, comentó Raúl Romo Trujillo.
BIPO, que será destinado exclusivamente a investigaciones del lado del océano Pacífico, cuenta con una potencia de desplazamiento a plena carga a una velocidad de 14 nudos (25 mil 928 kilómetros por hora) y puede llevar a bordo hasta 42 pasajeros.
“El barco tiene capacidad para llevar 42 personas, que serían 20 de la tripulación y 22 científicos, todos ellos de manera cómoda con un camarote y un espacio personal con su escritorio, baño, área de esparcimiento y televisión”, precisó.
Costo de operación
El director general del Inapesca reveló que el Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica tendrá un costo de operación y mantenimiento de 120 millones de pesos anuales y trabajará a su máxima capacidad durante 320 días al año, “porque no queremos que sea subutilizado”.
“Ciento veinte millones de pesos podrían parecer mucho dinero para la operación, pero es realmente lo que vale; la renta de un buque de estas características te cuesta 20 mil dólares diarios”, explicó.
Romo Trujillo justificó la contratación del astillero español Armón Vigo, dado que en México “no tenemos la especialidad de construir un barco de estas características, con una certificación internacional”.
El Buque Investigación Pesquera y Oceanográfica será entregado formalmente al director general del Instituto Nacional de Pesca el próximo 11 de diciembre, por lo que se espera que después de hacer las últimas pruebas, pueda zarpar de España a más tardar el 22 de diciembre para llegar a México entre el 20 y 30 de enero.
BIPO, considerado como uno de los laboratorios flotantes más avanzados del orbe, será abanderado por el presidente Enrique Peña Nieto y Enrique Martínez y Martínez, titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en una fecha todavía por confirmar.
La tripulación será completamente mexicana con piloto y maquinistas navales egresados del Fideicomiso de Formación y Capacitación para el Personal de la Marina Mercante Nacional (Fidena), que ya se encuentra en los astilleros recibiendo capacitación y revisando motores, cableado y equipo instalado en la embarcación.
Para 2014, el Inapesca desarrollará un proyecto para el Golfo de México con la construcción de una nave que será réplica de BIPO, para escudriñar las profundidades del mar en busca de nuevas pesquerías.
“Si todo sale bien y hacemos el proceso de licitación de manera puntual, podríamos estar asignando el contrato en el mes de marzo, por lo que estaríamos recibiendo el buque a mediados de 2015 para iniciar investigaciones en la zona del Golfo de México”, puntualizó Raúl Romo Trujillo.